EN LIBERTAD (A MI PADRE)

Durante una semana al año, mi padre gozaba de un privilegio especial en la cárcel donde pagó su condena, podía salir a una casita pequeña ubicada en las afueras de la prisión para estar con mi madre y yo, día y noche. Ese fue por mucho tiempo el mejor regalo que obtuve de él, y estoy segura que dejó de ser muchas veces activista humanitario en la prisión solamente por tener ese privilegio, eso lo supe porque hubo veces en que su peculiar naturaleza “justiciera” lo venció y no gozamos de ese privilegio o fue trasladado a prisiones de máxima seguridad.

Lo más extraordinario que pasaba aquella semana en mi vida era verlo, que jugara conmigo, que cocinara para nosotros y que me hiciera cosquillas, a veces pasaba horas sumida en la soledad cuando mi madre requería de su tiempo con él, y los libros, los cuadernos y los lapiceros fueron aliados cómplices de aquella pareja de amantes que vencieron el tiempo, la distancia y los rumores, manteniendo su amor y su confianza el uno en el otro a salvo, por muchos años, aunque no por todas sus vidas.

Mi padre vivió su vida persiguiendo la libertad, y es irónico que habiéndola amado tanto la perdiera de varias formas y en  muchas ocasiones. Él fue determinante para que la libertad fuera también para mi ese algo misterioso que él tanto persiguió. Muchas veces he pensado que él vino al mundo sólo a mostrarme como perderla para que yo la pudiera adquirir o estar más cerca de ella. Me permitió ver el significado de la verdadera libertad desde su ejemplo, en ese proceso sacrificó su hogar, mas no a mí, no hay porque sentir sacrificio en una enseñanza tan trascendental en mi vida, él me mostró con su ejemplo que puedo hacer todo lo que quiero, si no lo hago es porque realmente no quiero, no porque no pueda.

Mi padre no fue una figura presente en mi vida y en éste proceso hubo dolor como en toda experiencia en la cual hay mucho aprendizaje. Esto me permite comprender el hecho de que haya quienes en circunstancias adversas y similares a la mía hayan optado por sentirse abandonados y por odiar hasta la muerte al ser a quien le asignan la responsabilidad sobre su infelicidad, también me permite ver la otra opción. Esta comprensión la adquirí porque yo también he estado parada en medio de dos precipicios: el de la comprensión y el de la condena.

Cuando él se marchó de este mundo  no tuve  herencias terrenales de él, las grandes herencias que me legó mi padre, le pertenecen a mi alma, y han sido peldaños evolutivos determinantes para que mi proceso continúe. Sin duda alguna la fuerza, el coraje y la sabiduría con que sé que he podido encarar las adversidades de la vida, obedecen a la energía masculina que yo tomé de él; y que mi madre a pesar de todo me permitió tomar. Sin su colaboración negándose a hablar mal de él y a juzgar sus conductas quizá esto no hubiera sido posible.

Nuestro encuentro en esta vida fue transitorio pero puedo decir que emocionalmente me sentí muy cerca de él, bendigo  su existencia, y reverencio las figuras paternas que lo antecedieron y que cooperaron con éste momento en que puedo meditar sobre mi padre, él fue puesto en ésta encarnación con misiones propias en la cual estaba incluida yo; y aunque muchos juzguen que esa misión no fue cumplida a la perfección yo me atrevo a decir que ningún padre hubiera podido cumplir con dicha misión mejor que él, sólo permitiéndose ser él mismo.

Creo que la familia es una organización cósmica en donde cada uno tiene que cumplir un papel al servicio de la evolución del grupo familiar y de cada uno en particular. Mi padre cumplió con una exactitud y una perfección increíble con este rol, fue un actor singular en mi obra teatral llamada vida; y estoy segura que yo fui su obra maestra.
Alfonso Jiménez Alvarez

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me gustó mucho! Especialmente el primer párrafo.
C. Mayorga
Anónimo ha dicho que…
Me gustó mucho! Especialmente el primer párrafo.
C. Mayorga
Anónimo ha dicho que…
Felipe wrote:"Luz, sin duda eres la obra maestra de tu padre... La paradoja de la vida es que la libertad puede llegar a ser un obstáculo para la justicia, para la igualdad, para la seguridad, para la felicidad, para la paz... pero, tu padre entendió que la libertad no es una carga penosa, una maldición ni una condena, y supo transmitirte su verdadero sentido, su propósito y su significado. Debes sentirte orgullosa por esa relación tan especial que tuviste y que espiritualmente todavía sigues teniendo con él."
Patricia Maradei ha dicho que…
Imposible mayor sanación con el PADRE, que la que tu esbozas en este escrito. Agradeciendo su presencia y reconociendo lo que creó, así para otros no fuera "lo apropiado"... Alabo tu mirada compasiva (que es amor sin condiciones, no lástima)hacia su experiencia de vida.Abrazos, Patricia.
Anónimo ha dicho que…
amiga, muy lindos tus sentimientos para escribir, hoy especialmente en la fiesta dedicada a los padres, me conmovio mucho tus palabras, me identifico contigo.
felicitaciones por ese fluir tan sencillo y profundo de tus palabras.

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