ME ROBARON EL CARRO
Seguramente que muchos de ustedes habrán recibido ofertas de algo que se llama “descanso de pago” que envían las financieras y que consiste en que durante un mes, uno no paga la cantidad total de la cuota mensual bien sea del carro o de la casa, sino un porcentaje. Acepté una de estas ofertas y caí en otro de los modelos de estafa legal tan común en estos tiempos, y donde la ley no protege al consumidor sino al estafador.
De nada me sirvió hacer todas las preguntas que se me ocurrieron para asegurarme de que todo era legal. Y pagué una cuota reducida durante un mes por el auto que estaba conduciendo, que aclaro, nunca ha sido mío, sino del banco, pero que yo conduzco sumergida en la fantasía de que es mío. Un par de meses después mi cuenta aparecía en mora, cuando llamé para preguntar que estaba sucediendo, me dijeron que no había pagado un mes (justo el famoso mes de “descanso”) le expliqué al hombre que me atendió que había aceptado un mes de descanso, pero este me notificó que no se había hecho legal, cuando le informé que el dinero había sido debitado de mi cuenta por ellos, me dijo que en efecto el dinero había entrado pero que no se había hecho legal ¿? porque yo no había enviado un fax aceptando la extensión de pago. Esto es muy gracioso que sea legal que tomen mi dinero pero que ese dinero no este abonando ninguna cuenta.
No solo había enviado el fax, sino que lo reenvié de nuevo, pero según sus estrictas políticas ya era tarde para hacerlo y como el pago no se había procesado yo no sólo estaba en mora sino que ya tenía intereses por esa mora. Así es como funciona el sistema dijeron. Aparentemente el primer fax que yo había enviado había sido recibido por alguien que ya no trabajaba allí, entre otras cosas el costo que habían deducido del mes de descanso había sido superior a lo pactado, cuando reclamé porque se habían cargado de más sin mi autorización, me dijeron que era el recargo por haber pagado telefónicamente, ya saben, así es como funciona el sistema.
Yo le llamaba "milagritos" |
Por más que le expliqué al hombre con quien hablé por teléfono que yo había enviado el fax y que tenía prueba de ello y que le di el nombre fecha y hora de la transacción telefónica; y tras repetir el nombre de la fulana que me había atendido (suelo ser minuciosa en tomar nota de cada llamada que hago) no había caso porque el hombre repetía como si fuera un robot que ya era tarde, que ya estaba en mora; y que mi responsabilidad era pagar el monto total de la deuda con intereses incluidos. Cuando le pregunté que pasaría con el dinero que ya había pagado, me citó una suerte de términos legales que no comprendí pero que en mi perfecto español significaba que mi dinero estaba perdido en una suerte de limbo cibernético entre el banco y el sistema de la financiera, en basto castellano me lo habían robado, y si yo tenía suficiente miedo podía consentir con un nuevo robo. Me rehusé a pagar la cifra de la supuesta mora y en adelante he repetido las mismas gastadas frases a cuanto representante de la compañía me ha llamado para cobrarme el mes que supuestamente les estoy debiendo y cuyos costos ya lucen como si les debiera un año.
He sido enérgica con muchos de ellos al decirles que no pagaré esa cifra sin antes recuperar el dinero que ya les había pagado por la supuesta extensión, y finalmente agotada de invertir tanta energía en explicar un punto de vista que era completamente ignorado por la financiera, decidí dejar de responder el teléfono y seguir pagando estrictamente la cuota mensual.
Una mañana el auto que no es mío, sino de la financiera “Southest Toyota Finance” y que yo conduzco gracias a una costosa renta que pago con la idea de que algún día en los próximos 20 años cuando tenga cientos de miles de millas y ya no sirva para nada, será mío, desapareció del parqueadero, imagínense que responsabilidad la que tengo con esa compañía que me ha hecho el “favor” de dejarme conducir su auto mientras se embolsillan mi dinero, con que les voy a salir ahora! Que vergüenza!
Así que avisé a la policía del robo del auto de la financiera. Pero la policía me ha notificado que el auto no ha sido robado, que simplemente la financiera lo ha recuperado. Lo hicieron sin previo aviso, y en medio de la noche con todo lo que tenía dentro del auto. Cuando llamé a la financiera me respondió una mujer bastante hostil, quien me hizo claridad desde el principio que ese auto no era mío, sino de ellos. Me sorprendí a mi misma preguntándole si había alguna forma de recuperar mi auto, pero de inmediato corregí y dije “quiero decir ¿hay alguna forma de recuperar su auto?” y eso fue suficiente para mí, dejé caer el auricular al suelo mientras esa última frase quedó retumbando en mis oídos, yo quería recuperar algo que no era mío y hasta donde sé uno sólo recupera lo que alguna vez fue de uno, desfilaron por mi aquellos momentos en que renuncié a las tarjetas de crédito porque había despertado a la realidad que sólo me brindaban la ilusión de que podía comprar lo que todavía no me había ganado, y pensé que el universo sólo estaba siendo consecuente con mi nuevo estilo de vida. Continuara…
Y nosotros que pensamos que despues de este golpe de la vida, podriamos enfrentarlo todo juntos |
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Felipe Lora
Liliana Enrique
Juan Pablo Salas
El fotografo