EL SILENCIO DE LA GENTE BUENA.

Siempre me pregunto cuanta gente “buena” con su silencio ha tenido algo que ver en todos estos eventos recientes donde personas que padecen algún tipo de desequilibrio mental o emocional deciden abrir fuego y atentar contra otros. Todos hemos presenciado alguna vez una situacion de injusticia en la que tenemos el poder de hacer algo, por pequeño que sea, como solidarizarnos con esa persona y hacer escuchar nuestra voz, pero no lo hacemos, a cambio damos la espalda y nos decimos a nosotros mismos que ese no es asunto nuestro. Y es verdad, lo que pasa con otros no es asunto nuestro hasta que alguien de nuestra familia queda atrapado en la violencia de alguien cuyo problema nunca fue asunto nuestro.


Esta semana me quede pensando en eso porque con frecuencia soy testigo de alguna situación de injusticia en la que de una u otra forma me veo involucrada, como la que viví esta semana en Lady of America, el gimnasio al que asisto, y en donde hemos venido enfrentando situaciones injustas y molestas para todas las usuarias de este lugar.

Las propietarias de la franquicia de la Sheridan y 52 avenida en Hollywood, vulneran todos nuestros derechos como usuarias, nos maltratan verbalmente en especial una de ellas, las normas que estipulan no están por escrito, son arbitrarias y las hacen cumplir con violencia verbal a riesgo de ser expulsadas del gimnasio sin que ley alguna nos proteja, pues no somos libres de dar por terminado el contrato, pero en cambio ellas si lo pueden terminar solo porque no nos acogemos a sus normas, que curiosamente funcionan a favor de la conveniencia de ellas y en contra de la comodidad y la seguridad de las usuarias.

La primera vez que tuve algo que sentir de la conducta de este par de mujeres fue después de que nos prohibieran hablar en español dentro del gimnasio, la empleada que fue reprendida en aquel entonces por hablar en español, decidió retirarse de la empresa, y yo envíe una carta de la que obtuve unas disculpas y el "permiso" para poder hablar español dentro de las instalaciones. Después de eso, una compañera fue expulsada en medio de insultos y lenguaje verbal bastante vulgar porque se rehúso a poner sus pertenencias donde las propietarias decían que debía hacerlo, pese a que no era un lugar seguro para dejarlas.

Esta semana una compañera cerró la persiana de la ventana por donde entra la luz del sol que nos molesta la vista durante la clase de aeróbicos de la mañana; y una de las propietarias la despidió solo por eso, su respuesta siempre es la misma: "el gimnasio es de ella y ella puede hacer lo que le de la gana".

Como si esto fuera poco tenemos que compartir el salón de spinning con sus dos mascotas, en un área bastante reducida, cerrada, sin ventilación y donde el aire acondicionado no funciona bien, al final del día tenemos que respirar el olor que dejan dos mascotas que han estado guardadas allí durante todo el día. La situación es tan frustrante que tenemos la sensación que nos están haciendo el favor de dejarnos entrenar allí. Pese a que además de la membresía que pagamos tenemos que pagar tarifa extra por las clases de spinning a diferencia de los demás gimnasios donde el spinning esta incluido en la membresía.

No podemos tomar fotografías en el sitio, y toda suerte de restricciones aplican, cada persona esta furiosa con las propietarias aún las mismas instructoras quienes a su vez tienen toda suerte de restricciones para dictar las clases, hay ejercicios que les están prohibidos porque sus propietarias temen una demanda, como si no existieran razones mas fuertes y válidas para demandar.

Pero cada vez que sucede algo así, todas guardamos silencio, tenemos miedo de perder las clases con nuestra entrenadora favorita Claudia, que es lo único que nos une a ese gimnasio en particular, y con nuestro silencio estamos alimentando alguna fiera que algún día se despertara y protagonizara una nueva masacre, todas tenemos miedo de que cada vez que ella maltrata verbalmente a un cliente aparezca algún esposo, hermano o la misma implicada con un arma y decida acabar con todo en aquel lugar, estoy haciendo pública ésta situación porque no quiero engrosar más la lista de la gente buena que guarda silencio y porque no decirlo, en espera que alguien pueda hacer algo, antes de que sea demasiado tarde...

Las políticas de protección al consumidor en este país, están más enfocadas en proteger financieramente a las compañías que a los clientes, acceder a la defensa y la protección de derechos humanos, laborales y de consumidores es algo que no esta al alcance de todos, y en lo que hay que involucrar generalmente un abogado. Quienes han tenido un proceso donde han requerido de los servicios de un abogado estarán de acuerdo en que ese es tema para otro artículo con muchos ceros a la izquierda también.
Luz Dary Jiménez Monsalve.