CERO A LA DERECHA

Cuando leía las críticas de teatro en el nuevo Herald, lejos estaba de imaginar que algún día leería una sobre mí, menos aún sobre un trabajo como actriz, quizá como escritora hubiera esperado que se dijera algo sobre mí. Por eso hoy cuando encontré la noticia de mi director Valentín Álvarez que había una nota que hablaba sobre mi monólogo "llanto a mi misma" la sola noticia me emocionó mucho, pero nuevamente lejos estaba de imaginar que al leer lo que Elena Tamargo tenía que decir de mi trabajo erizaría mis vellosidades de esa manera y me emocionaría como de hecho lo hizo. Creo que ella pudo recoger lo que yo fantaseé trasmitirle al público y que al parecer conseguí.

Es muy satisfactorio para mi ser premiada con letras, con lo que más me gusta ser acariciada, y aunque esto pueda parecer un asunto egocéntrico, lo tomo como parte de lo que me debía a mi misma, como parte de lo que el universo me debía. En gran parte la idea de escribir “llanto a mi misma” es algo que me estaba reclamando hacía tiempo mi niña interna, aquella que siempre sintió que había sido arrojada a un campo de batalla donde era el mundo contra mí, digamos que "llanto a mi misma" es el llanto de aquella niña que se levanta y reta al mundo, otorgándose así la oportunidad de ser ella contra el mundo, y que en el camino de ese llanto descubrió que es ella con el mundo. El mundo está estructurado con caminos misteriosos que nos conducen a la mejor parte de nosotros, y ese trabajo de llegar a la mejor parte de nosotros depende de la manera como traducimos las señales que a veces traemos en el cuerpo, en la mente o en un misterioso mapa conceptual.

Estoy emocionada y quiero hacer participes a mis lectores de esta emoción, les trascribo las palabras de Elena en su columna que ella tituló "Represiones y honestidad en festival de monólogos"

“Teatro a una voz, que es el nombre del Festival, y que tiene al frente a la actriz cubana Belkis Proenza, demostró en su segunda semana que el monólogo no es teatro pequeño sino teatro difícil, poniendo por delante la calidad de sus puestas. De ellas, cabría destacar las obras tituladas Llanto a mí misma y Pene crudo, tal vez como ejemplos de los diversos caminos del monólogo para llegar al público.

La primera, pieza original de la propia actriz colombiana que la interpretó, Luz Dary Jiménez, es el fruto de una experiencia personal y una reflexión dramatizada sobre la mujer que padece algún defecto físico en un mundo de belleza, así como de los prejuicios hacia quienes los padecen y las represiones de las propias afectadas.

Llanto a mí misma es un texto escrito con conocimiento de causa, y trasmite una profunda admiración por el personaje, a la vez actriz, dramaturga y mujer con un defecto físico, quien a medida que va narrando las represiones que le fueron impuestas desde la infancia, va desvistiéndose para mostrar su cuerpo imperfecto del que ella vive orgullosa y con el que convive felizmente.

La puesta, dirigida por Agustín Alvarez del Campo, podría padecer el mal de la inexperiencia de una actriz por primera vez frente al público; sin embargo, tuvo el efecto que a veces no logran los consagrados: el de una honestidad y elocuencia interpretativas que arrancó los mayores aplausos de la noche y las lágrimas del público. Hubo catarsis, la purificación emocional inherente al teatro, pocas veces conseguida”

Read more: http://www.elnuevoherald.com/2011/02/25/892684/represiones-y-honestidad-en-festival.html#ixzz1F7dTccwK

Afiche del festival latinoamericano del monólogo

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Mi bien amada Lulu,
Yo adicionaria a la critica, con la cual estoy de acuerdo, que me quito el sombrero ante tu superacion y tu valor de enfrentar este mundo hostil de la "belleza" que nos distrae de lo valioso que somos como seres.
Te felcitio, tanto a ti como a tu Director, muy buen trabajo!!!! Lograron llevarnos a la reflexion de nuestros actos de crueldad en los cuales consciente o inconscientemente algunas veces caemos.
Plasmo un beso amoroso en tu frente,
Clemencia Huertas

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