SOMOS DE LUZ Y DE SOMBRAS.

Una mujer que tiene un blog donde se promociona como trabajadora de la luz, guiando a muchas personas hacia el perdón y el amor incondicional, escribió hace poco un artículo muy interesante sobre la prostitución y el rol kármico que tiene esta ocupación. Según ella menciona en su artículo se inspiró en el blog de una prostituta, que según dice escribe muy bien y que “con un estilo único combinaba la publicidad de su negocio con artículos cargados de humanidad”.

Como a mi me llaman tanto la atención las personas que saben abrazar su luz y su sombra  me pareció que la prostituta era justamente un personaje así, entonces le pedí a la autora del artículo el enlace del blog de la prostituta que la había inspirado para yo también leerla y nutrirme de su perspectiva de la vida, pero la mujer me respondió que prefería guardarse para ella la identidad de la escritora prostituta. Mi primera reacción fue de desconcierto, porque no entendía la razón por la cual ella se reservaba la identidad de una mujer que usa su blog para publicitarse y que antes necesita que su blog sea visitado, y si además el blog está en Internet, de cual privacidad estamos hablando, si uno sabe que en el momento en que se pone información en la web la privacidad se acaba, a no ser que sea tan egoísta que no quiera compartir sus fuentes de inspiración con los demás, lo cual es contradictorio con sus enseñanzas, o simplemente que la historia del blog de la prostituta sea falsa, y sólo haya ficcionado el personaje, algo que es muy usual que hagamos los escritores, pero que en todo caso ella bien podía, ya que se toma la molestia de responder cada uno de los comentarios de su lectores, enviarme un email dándome una respuesta  no solo más inteligente y satisfactoria, sino más consecuente con lo que ella dice ser.

Pero como no me gusta ser reactiva, dejé pasar el tiempo para pensar mejor la situación y de repente encontrar la razón de ser de su forma de actuar, cuando regresé de nuevo a la página para releer el artículo con la esperanza de encontrar allí la parte de la historia que no encajaba para mí, me encontré con un comentario que había dejado otra lectora y que hacía referencia a mi petición y a su negativa y que decía así:

“A mí si me parece egoísta de tu parte que no compartas la información de la mujer scort, ya que los blogs son de dominio público, además contradice la esencia de tu escrito, si tienes que guardar la identidad de ella es porque es una scort de closet, lo cual deja mucho más que decir de ella, que del hecho de que sea scort. No sé, tu respuesta a la chica que te pide su enlace me hace cuestionar tus enseñanzas, que son muy buenas, pero hay una incongruencia ahí que es muy visible para mí.
Lo siento, perdóname, gracias, te amo…”

Y la respuesta de la mujer fue la siguiente:

“Gracias por tu tiempo para escribir el comentario. Respecto de lo que dices, tengo que darte la razón. En tu opinión mi respuesta y mi actitud es egoísta, contradictoria e incongruente y te hace cuestionar mi enseñanza. Estamos de acuerdo. Feliz día”



Su respuesta me pareció poco respetuosa, sobre todo si es para una lectora y más aún si es alguien que está metiéndome la piedra en el zapato y obligándome a mirar un aspecto de mí que no es muy luminoso, ya que luce como quien le responde a un niño para taparle la boca y que no siga hablando, luce además falsa, ya que es obvio que no están de acuerdo y nunca lo estarán.

Aquella noche no conseguí hacer una meditación dirigida por ella que bajé de su página,  me sorprendí a mi misma como confesándome con un sacerdote que ha perdido la autoridad moral en su parroquia

Desde ese episodio no he conseguido hacer de nuevo la meditación de esta mujer, así que me he estado preguntando que es lo que me molesta tanto de la situación y llegué a la conclusión que no es el hecho de que no haya conseguido mi objetivo (el enlace del blog de la prostituta) sino que perdí la credibilidad en alguien en quien me gustaba confiar ya que la manera como ella manejó la situación contradice todas sus enseñanzas de amor incondicional, y no es porque uno espere que estos personajes sean perfectos pero si lo suficientemente humildes para aceptar cuando un discípulo se convierte en maestro, aunque no tenga el mejor manual de educación. Lo que me hace pensar que he tropezado de nuevo con un mercader de la espiritualidad, lo cual es triste porque abundan en estos tiempos donde la gente anda buscando fórmulas y remedios caseros para aliviar el dolor que les ocasiona el perfecto caos en el que estamos inmersos, gozamos en este momento de muchos predicadores que son muy diestros en decirte como hacer las cosas, pero que no son capaces de hacerlas ellos.

Esta experiencia arrojó mucha luz a mi vida conduciéndome por la comprensión de todos los mecanismos que usamos para guardar lo mejor posible nuestras sombras, para que no salgan a la luz y delaten esa imperfección que no resulta nada productiva, sobre todo si nuestro mercado es la espiritualidad,  aunque por su naturaleza de sombras difícilmente salen a la luz. Con esta mujer comprendí, que mientras más bien guardemos nuestras sombras cubriéndolas con discursos bellos y con una aparente armonía, donde no hay lugar para el caos, con más facilidad esas sombras emergen a la superficie; y que eso pase no está mal, lo que no habla muy bien de nuestro proceso es que una vez seamos desenmascarados tratemos a los demás con inferioridad sólo en aras de lucir más grandes y seguir protegiendo nuestras sombras. El éxito de su página Web está basado en la promesa de una armonía permanente que no da lugar al caos, que no da lugar a su opuesto, y mientras haya gente ilusa que piensa que eso es posible ella seguirá sacando sus ganancias de una enseñanza que lo único que hace es distanciar más a las personas de su verdadero naturaleza y de su verdadera esencia.

Lo que me entristece son todos esos borregos que son dirigidos por maestros espirituales que les venden la promesa de la plenitud, que no les enseñan a reconocer sus demonios a verlos a la cara, e incluso a verlos con ojos amorosos, porque a veces lo único que podemos hacer por un adversario que reside dentro de nosotros es amarlo incondicionalmente para consumirlo con el fuego de nuestro amor. Somos de luz y de sombras, y mientras alguien se empeñe en mostrarnos sólo el camino de la luz, dudemos, porque las sombras deben están confinadas en un espacio muy reducido de ellos mismos y a punto de explotar en cualquier momento.

Todos somos diamantes en bruto en busca de la perfección, deseando ser el diamante mejor cotizado del mercado, y es nuestra responsabilidad si nos conformamos con ser una zirconia que se cree diamante porque tememos que los demás se den cuenta que nuestro diamante todavía esta en su fase cruda.

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