SOLOS O ACOMPAÑADOS SOMOS COMO DOSELES


En la laguna de la Cocha en el departamento de Nariño (Colombia)  hay una reserva natural muy hermosa a la que hay que llegar en pequeñas lanchas, es una isla anclada dentro de la laguna, un guía nos lleva por un sendero que atraviesa la isla mostrándonos las diferentes especies que se dan en aquella zona, lo que me llamó poderosamente la atención fueron los doseles, una serie de árboles que estaban sembrados a lado y lado del sendero, pero cuyas ramas a manera de rompecabezas forman un firmamento de hojas  de una perfección y una precisión impresionante. Recuerdo que le pregunté al guía como conseguían que las hojas de los doseles del lado derecho encajaran perfectamente con las hojas de los doseles del lado izquierdo del sendero, pensando que quizá era labor de un ágil jardinero que los podaba y conseguía aquel efecto mágico, pero el guía me explicó que los doseles simplemente crecen de esa forma, por muy lejos que estén el uno del otro, las hojas encajaban con las de otro árbol para permanecer unidas.

Un dosel por si solo es un árbol muy hermoso y no es incompleto sin los otros (porque un dosel se puede mezclar con varios y conformar el mismo techo con la misma perfección) simplemente adquiere una belleza diferente cuando sus hojas se juntan con las de los demás; y lo más importante es la misión que los doseles juntos tienen. El dosel bloquea la luz solar a las plantas de un desarrollo más bajo (solo a acompañado) Es un factor ecológico importante, ya que cubre el suelo del bosque y lo protege de los vientos fuertes y de las tormentas. Si bien también impide que la luz solar, además de una considerable cantidad de lluvia, alcance el suelo. Como consecuencia, los suelos de la selva y de los bosques densos tienen una menor cantidad de vegetación que el resto de las capas del bosque.



Lo mismo pasa con nosotros, somos completos a solas, pero podemos tener experiencias diferentes cuando nos juntamos con ese otro o con esos otros que encajen con nosotros, podemos juntarnos en una comunión (común unión) con nuestros doseles con la conciencia que puede ser circunstancial, y que siempre está al servicio de algo más que de nuestros pequeños egos, debemos disfrutar de la identidad de ser un dosel solo y celebrar cuando encontramos nuestros doseles gemelos, podemos ver nuestras experiencias encajar perfectamente con las de los otros y por minutos pensar que somos uno solo, como sucede con el dosel, que cuando uno ve todo su follaje reunido conformando ese firmamento de hojas, uno piensa que son de un solo árbol, pero cuando llega una racha de viento y separa las hojas rompiendo con esa unidad, cada dosel sigue compartiendo su belleza con la naturaleza y esperando pacientemente por nuevos vientos para reunirse con  el follaje de los otros doseles. Sólo si somos capaces de esperar a que la dirección del viento sea propicia antes de compartirnos con otros doseles, podemos ser uno con los otros de nuevo, pero lo más importante, no debemos olvidar que esa sensación como todo también pasará y aceptar que los ciclos terminan y que la vida nos espera para tener experiencias diferentes.

 También deja mucho que pensar el hecho de que el dosel tenga tantos doseles gemelos, quizá nos convendría revisar esa idea de que sólo hay un alma gemela para cada uno de nosotros, quizá debamos cuestionar a quien le conviene ese concepto de almas gemelas, a lo mejor terminamos comprendiendo que le sirve a muchos, menos a nosotros, la separación siempre trae ventajas a terceros, por algo reza el dicho “divide y reinarás”.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
quizas es que tenemos un alma gemela para cada momento diferente de la vida...cada momento es unico e irrepetible, cada momento necesita, quizas, un alma gemela unica e irrepetible,...

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