LA JURADO.
El lector recordará que me ofrecí de voluntaria para ser jurado de mesa en las elecciones y que fuí elegida porque había crísis al respecto, aunque quiero pensar que fuí elegida porque soy una persona confiable para esa posición.
Y en efecto en la práctica comprobé que tengo muy buenas destrezas para ello, el lector no se confunda si se entera por ahí que mi mesa fue la última que hizo el cierre, no fue por incompetencia, sino por perfeccionismo, no admitimos un sólo error y se hizo lo necesario para que los escrutinios se hicieran bien, Además nuestra mesa fue de las más concurridas pese a que sólo tuvimos una cuarta parte de la votación esperada.
Hubo muchos contratiempos y formularios que no llegaron y que algunos votantes estaban esperando ansiosamente (como las consultas de algunos partidos) no tuvimos muchas explicaciones para darle a los votantes al respecto, porque no tuvimos acceso a la información del porque éstos formularios no llegaron. Pero lo que más me sorprendió fue la manera como la mayoría de los votantes llegaban a las mesas, desconociendo el nombre de los candidatos por los que querían votar, sólo con los nombres de los partidos, y pidiendo ayuda que nosotros por ley no les podíamos brindar, lo que me hizo pensar que la mayoría de la gente no estaba votando a conciencia sino que “vendió” de alguna forma su voto al mejor postor, no porque recibieran dinero, pero si porque se mueven intereses de por medio y porque hay alguna compensación por el ejercicio del voto, me di cuenta que Dios estaba de por medio en éstas elecciones pues había mucho voto en nombre de él, lo cual me pareció triste, porque antes yo tenía que ir a la iglesia los domingos para verlo, ahora lo sacan de allí y lo llevan a las elecciones.
La gente en su gran mayoría no entendían los tarjetones, no tenían idea de cómo realizar su voto, no sabían la diferencia entre un partido preferente y uno no preferente, cuando tratamos de explicarles algunos testigos interfirieron y nos dijeron que era ilegal, aunque más tarde un representante consular contradijo la versión de los testigos y nos autorizaron para orientar a la gente. Como había tan poca representación consular, para tanta mesa, resultaba difícil tener el control sobre los testigos quienes daban la sensación de ser los polícias de las mesas y estaban encima nuestro diciendo que hacíamos mal.
La gente estaba molesta e irritada por todo ésto, y me siento en la obligación de volver a informar por tercera vez que el descontento con la actual administración consular está muy generalizado, los votantes aprovecharon para quejarse nuevamente por el nuevo sistema de citas y de como cuando uno va al consulado hay poca gente haciendo trámites mientras los funcionarios trabajan descansadamente, uno no entiende la lógica de las citas, como por ejemplo cuantas dan diariamente; y lo más importante si ese sistema realmente es funcional para el público tanto como luce que lo es para los funcionarios del consulado.
Hablando sólo por mi mesa, podría decir que la jornada fue un fracaso, los votantes no se presentaron porque a última hora les cambiaron a muchos el lugar de votación ¡sin previo aviso! Y los pobres se dieron cuenta cuando llegaron al supuesto sitio de votación, donde les anunciaron que su cédula estaba en un listado en otro lugar, y si tenemos en cuenta que las distancias aquí son grandes, muchos prefirieron no llegar a votar, como si fuera poco la gente estaba descontenta por lo confuso de los tarjetones, y la falta de orientación, y como esa falta de orientación influyó en la nulidad de los votos.
Tampoco tuvimos buena alimentación porque la registraduría no autorizó presupuesto para nuestra alimentación, y en ese sentido sería bueno que los candidatos consideraran incluir ésto en el presupuesto de su campaña, pues sin jurados no hay elecciones. A las 7:30 pm no habíamos terminado el conteo de votos y nuestra última comida había sido a la 1:00 pm, señores ¡no hay derecho que uno les regale un día de trabajo y encima tengamos que hacerlo con hambre!
Conclusión: las eleccciones no fueron para nada productivas, pero eso sí, fueron muy pero muy divertidas, porque me hice a nuevos amigos, compartimos buenos momentos, escuché historias bellas de superación que me reconciliaron con la vida y lo más importante que me hicieron olvidar el hambre tan espantosa que tenía.
Queda esperar que los votantes alcen su voz, como lo estoy haciendo yo, y que ésto influya para mejorar la jornada de las elecciones presidenciales, porque si se van a dar como éstas, y con el público tan mal informado, corremos el riesgo de montar un “chavez” al poder ¡CANCELADO!
Y en efecto en la práctica comprobé que tengo muy buenas destrezas para ello, el lector no se confunda si se entera por ahí que mi mesa fue la última que hizo el cierre, no fue por incompetencia, sino por perfeccionismo, no admitimos un sólo error y se hizo lo necesario para que los escrutinios se hicieran bien, Además nuestra mesa fue de las más concurridas pese a que sólo tuvimos una cuarta parte de la votación esperada.
Hubo muchos contratiempos y formularios que no llegaron y que algunos votantes estaban esperando ansiosamente (como las consultas de algunos partidos) no tuvimos muchas explicaciones para darle a los votantes al respecto, porque no tuvimos acceso a la información del porque éstos formularios no llegaron. Pero lo que más me sorprendió fue la manera como la mayoría de los votantes llegaban a las mesas, desconociendo el nombre de los candidatos por los que querían votar, sólo con los nombres de los partidos, y pidiendo ayuda que nosotros por ley no les podíamos brindar, lo que me hizo pensar que la mayoría de la gente no estaba votando a conciencia sino que “vendió” de alguna forma su voto al mejor postor, no porque recibieran dinero, pero si porque se mueven intereses de por medio y porque hay alguna compensación por el ejercicio del voto, me di cuenta que Dios estaba de por medio en éstas elecciones pues había mucho voto en nombre de él, lo cual me pareció triste, porque antes yo tenía que ir a la iglesia los domingos para verlo, ahora lo sacan de allí y lo llevan a las elecciones.
La gente en su gran mayoría no entendían los tarjetones, no tenían idea de cómo realizar su voto, no sabían la diferencia entre un partido preferente y uno no preferente, cuando tratamos de explicarles algunos testigos interfirieron y nos dijeron que era ilegal, aunque más tarde un representante consular contradijo la versión de los testigos y nos autorizaron para orientar a la gente. Como había tan poca representación consular, para tanta mesa, resultaba difícil tener el control sobre los testigos quienes daban la sensación de ser los polícias de las mesas y estaban encima nuestro diciendo que hacíamos mal.
La gente estaba molesta e irritada por todo ésto, y me siento en la obligación de volver a informar por tercera vez que el descontento con la actual administración consular está muy generalizado, los votantes aprovecharon para quejarse nuevamente por el nuevo sistema de citas y de como cuando uno va al consulado hay poca gente haciendo trámites mientras los funcionarios trabajan descansadamente, uno no entiende la lógica de las citas, como por ejemplo cuantas dan diariamente; y lo más importante si ese sistema realmente es funcional para el público tanto como luce que lo es para los funcionarios del consulado.
Hablando sólo por mi mesa, podría decir que la jornada fue un fracaso, los votantes no se presentaron porque a última hora les cambiaron a muchos el lugar de votación ¡sin previo aviso! Y los pobres se dieron cuenta cuando llegaron al supuesto sitio de votación, donde les anunciaron que su cédula estaba en un listado en otro lugar, y si tenemos en cuenta que las distancias aquí son grandes, muchos prefirieron no llegar a votar, como si fuera poco la gente estaba descontenta por lo confuso de los tarjetones, y la falta de orientación, y como esa falta de orientación influyó en la nulidad de los votos.
Tampoco tuvimos buena alimentación porque la registraduría no autorizó presupuesto para nuestra alimentación, y en ese sentido sería bueno que los candidatos consideraran incluir ésto en el presupuesto de su campaña, pues sin jurados no hay elecciones. A las 7:30 pm no habíamos terminado el conteo de votos y nuestra última comida había sido a la 1:00 pm, señores ¡no hay derecho que uno les regale un día de trabajo y encima tengamos que hacerlo con hambre!
Conclusión: las eleccciones no fueron para nada productivas, pero eso sí, fueron muy pero muy divertidas, porque me hice a nuevos amigos, compartimos buenos momentos, escuché historias bellas de superación que me reconciliaron con la vida y lo más importante que me hicieron olvidar el hambre tan espantosa que tenía.
Queda esperar que los votantes alcen su voz, como lo estoy haciendo yo, y que ésto influya para mejorar la jornada de las elecciones presidenciales, porque si se van a dar como éstas, y con el público tan mal informado, corremos el riesgo de montar un “chavez” al poder ¡CANCELADO!
Comentarios
y lo peor, esto aun no termina.....apenas comienza......Como dicen por ahi...que Dios nos coja confesados...amen
fredy
Felipe A Lora