EL APRENDEDERO.


Llegó la primavera y aunque mi corazón esta vestido de gris, me he vestido de fucsia, para recordarme que el cuerpo es como éste traje fucsia, que un día no servirá y deberé reemplazarlo por otro.

Están ocurriendo muchas cosas en mi vida, fenómenos, pienso a veces, aunque pienso que unos son más trascendentales que otros, es mentira todos tienen su dosis trascendental. Mi madre siempre ha sido una mujer solitaria, y en su familia todos siempre han estado distanciados, por motivos pequeñitos que dejaron crecer porque no se comunicaban bien y que resultaron convertidos en grandes diferencias que hace que se hayan olvidado hasta de la existencia los unos de los otros, algunos viven en la misma ciudad donde vive mi madre, otros en ciudades cercanas. No obstante no hay llamadas, no hay interés por saber el uno del otro, es como si hubieran nacido por accidente en un mismo círculo familiar para luego separarse y olvidarse del núcleo donde llegaron al mundo. Pero algunos de ellos me localizaron por facebook, algunos de quienes ni siquiera sabía su existencia y que me han hecho hurgar en el árbol genealógico de la familia para verificar nuestro parentesco. Que supieron que vivo en el extranjero, me pidieron que los anexara, y los acepté. Hablo con ellos por el Chat todos los días, algunos viven a 25 minutos en auto y a una llamada telefónica local de distancia de mi madre y saben como se encuentra ella a través de mi, que vivo en otro país.

De las cosas que me di cuenta es que soy un contacto familiar atractivo para la familia de mi madre porque soy la única que resido en el exterior, en la segunda conversación con uno de ellos, recibí la propuesta de traerlo a vivir aquí, lo que me hizo aterrizar después de setenta y dos horas y veinticinco minutos de vuelo imaginario, porque pensé que querían que nos reunieramos como la familia que somos. Si yo pudiera los traería, es decir si tuviera ese poder de otorgar visas se las daría a todos, no hace la diferencia en donde vivan de igual forma no estaríamos juntos, pero además quizá la única razón por la que seamos familia sea por eso, para que les ayude en alguna cosa que ellos necesiten, eso también lo he considerado, he considerado todo, y confieso que me dejo a veces seducir por la pesimista idea de que soy utilizada. Después me tropecé con varios reproches por no trabajar más duro para tener más dinero y enviarle a todos los "pobres" de mi familia, quienes entre otras cosas, tienen materialmente más cosas que yo.

Y es que no sé porqué en Colombia (ignoro si pasa con otros países) la gente sigue acariciando el sueño americano, y siguen pensando que aquí los dólares se dan en los árboles, que el gobierno reparte ayudas por doquier y que uno puede comprar todo lo que quiere y le queda plata para enviarles, y que si no lo hace es porque uno no tiene buen corazón, o porque se volvió un gringo engreído.

Pero no contaré cual es la realidad, porque entre otras cosas me desgastaría mucho, así que he escrito este artículo, para que los colombianos que piensan que sus familiares están muy bien aquí, sepan que no siempre es así, que ésta es una cultura completamente diferente, donde la responsabilidad personal es la premisa fundamental de ésta sociedad, aquí uno aprende a que nadie te da nada, y que tampoco puedes culpar a los demás por que no te lo den, que cada uno se ocupa de si mismo, y que los favores y actos de servicio recibidos ocasionalmente son un regalo maravilloso que aprendemos a valorar enormemente. Como culturalmente es como funcionan las cosas, se valora el trabajo de los demás, y no se acepta el trabajo de la gente como favor, sino que se le da un valor monetario al talento que cada persona tiene, así sea acompañar de compras a alguien. Por lo que con frecuencia uno paga por cosas que en Colombia son favores. Y aunque con esto no estoy diciendo que esta sea la cultura ideal, es la que he aceptado, la que he adoptado, digamos que el precio que pago por vivir en un lugar que me gusta mucho.

Aquí he encontrado una reducida comunidad que pacta con el trueque, y lo ponemos en práctica, supongo que en una sociedad donde el dinero tiene tanto valor, hace que el trueque brille más ante mis ojos. Con regularidad he canjeado servicios de manicurista y de escritora por servicios que necesito, sin importar si monetariamente es más costoso un masaje que un manicure, o transportar un enfermo que un almuerzo, pero una cosa si he aprendido que el sistema de trueque consciente, requiere mucha humildad y que cuando se practica de ésta forma nos otorga más seguridad respecto al futuro, uno sabe que el futuro no es tan incierto si hay métodos alternativos a tener un empleo y ganar dinero en efectivo para sobrevivir. Esto seguramente no lo hubiera aprendido en otra parte, y muchas veces he pensado que vine a este país para entre otras cosas aprender ésto, es cuando recuerdo la frase de mi esposo cuando dice que Estados Unidos es un aprendedero.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Geniales todos tus escritos. La verdad que no doy abasto para leerlos detenidamente. El del aprendedero me encantó pues es lo que uno percibe desde el exterior y hasta ve como algunos colombianos se sacrifican trabajando para guardar apariencias con la familia y hasta los acostumbran a mal ya que aquí (Colombia) "en general" la vida es fácil comparado al ritmo de vida y trabajo que se lleva en otros paises. Y por conseguir dinero unos no aprenden el idioma o conocen las cosas buenas que esos sitios ofrecen en cuanto a diversiones sanas y actividades culturales. En fin cada cual debe vivir su propio proceso.
Abrazos, Mirta
Anónimo ha dicho que…
Pues sobre Londres muchos colombianos piensan algo muy parecido e incluso nos preguntan que como es que no tenemos casa si en Canadá las regalan. Yo no sé de donde los latinos sacan esas historias: que a un amigo le dieron un computador, que a la prima en el centro de trabajo le regalaron 1000 libras, que no es sino decirle al gobierno que uno no tiene donde vivir y en un mes ya tiene apartamento. Pues hasta donde nosotras sabemos aquí nada es regalado. Si uno está desempleado lo máximo que obtiene del gobierno y después de un papeleo ni el berraco es 40 libras semanales que como dice el chiste, no alcanzan ni pal papel higiénico. De manera que, o allá alguien se está inventando las historias o desde acá los latinos se las inventan para convencer a familiares y amigos de que Londres es un paraíso. Al cabo de un par de meses el profesional latino por fin se da cuenta de que aquí no es nadie y, o vive de la plata que le mandan los papas o acepta trabajar en lo que hay que por lo regular son trabajos de limpieza. De manera que aquellos que piensen que aquí uno se gana el chance todas las semanas pues será mejor que se bajen de la nube. Adelante.
Una londinense sin plata para mandar pero feliz
Anónimo ha dicho que…
"Cada quien vive su propio sueño americano y todos buscan de una u otra forma alcanzar lo que no han logrado conseguir en su país natal, sea esto libertad, oportunidades de trabajo con mejor remuneración económica, igualdad, mejor educación y hasta más felicidad... Pero la realidad es que la felicidad es una elección que podemos hacer en cualquier momento y en cualquier lugar... en Colombia o en USA... cuál es la diferencia? "
Felipe A Lora

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