EL AMIGO VIRTUAL
Cuando se acerca el final de un año, es inevitable revisar como han salido las cosas y como hemos invertido nuestro tiempo. Yo solo tengo que releer mis artículos quienes me dan una idea de como decidí escribir cada página en blanco que la vida me ha regalado y me sigue regalando.
Hay una persona que brilló durante este año en estas páginas de mi vida, es un lector al que no conozco físicamente, pero de cuya alma me siento muy cerca. Él ha tocado mi vida de una manera espectacular este año. Cuando mi nieta nació fue la persona que se encargó de gestionar con la complicidad de su madre a quien tampoco conocía, que mi madre recibiera la foto de la pequeña Samantha cuanto antes. Quizá ellos no sepan lo importante que fue eso para mi madre, para mi hija y por supuesto para mí. Felipe Lora que así se llama mi lector ha conquistado mi agradecimiento infinito no sólo con ese acto, sino con su lealtad y esa generosidad ilimitada que el derrocha mediante sus comentarios. Felipe no ha dejado de leer un solo artículo mío ni de comentarlo, es quizá el lector más fiel que tengo, aunque es posible que tenga más, sólo que los demás no me lo hacen saber a diario con su retroalimentación como lo hace Felipe.
Siempre que leo los comentarios de Felipe que no se limitan solo a mi blog sino a mi facebook también, me pregunto ¿que hace que una persona tan ocupada como él, dedique tiempo a retroalimentar a la gente? Porque debo aclarar que no soy la única que disfruta de la generosidad de Felipe, él es una persona que participa activamente en los foros de Facebook con sus comentarios luminosos y motivadores que incentivan y nutren el alma de quienes tienen el privilegio de estar en su lista de contactos.
Esto me hace reflexionar en la generosidad y en las formas que adopta nuestra capacidad de nutrir a los demás, y en como en tiempos de crisis no necesitamos dinero para dar, pero si necesitamos un corazón muy bien equipado de amor para darles reconocimiento, palabras de aliento y frases de poder.
Como me ha resultado tan inspirador Felipe en este sentido, he adoptado una costumbre en la que él ha sido mi mejor ejemplo, que es la de tomar un tiempo al día para nutrir a otros con mis palabras, bien sea escribiéndoles cartas para el alma o bien dejando una nota en su muro de facebook, o dejando comentarios en otros blogs que sigo y que me gusta leer. En esta misión me he dado cuenta que ser generoso con el lenguaje es un acto egoísta, porque reporta tanta alegría para el que lo recibe como para uno que es el que lo da.
Y no es muy difícil saber que decirle a la gente, basta con saber que es lo que nos gustaría escuchar, todos estamos en la constante búsqueda de ser reconocidos por nuestros talentos y nuestras virtudes, así que sintonizarse con el alma de la gente es en gran medida un reflejo de nuestra propia sintonía interior, quizá debe ser por eso que no es muy difícil saber como se trata la gente a si misma, basta con observar como tratan a los demás.
Gracias Felipe por leerme, por seguirme, por creer en mi, por apoyarme, por retroalimentarme, por nutrirme con tu conocimiento, por tu amistad virtual, por presentarme a tu madre a quien tuve la fortuna de conocer en persona, gracias por enseñarme con el poder de tu ejemplo que tiene más arrastre que cualquier discurso. Que no sea esta una manera de comprometerte para que me sigas leyendo, sino una invitación para que sigas tus ciclos y tus ritmos, yo quisiera contar con un lector así de por vida, pero sé que eso a veces no sucede, que uno a veces pierde la sintonía con las personas y que eso no es un final, ni una mala despedida, sino que simplemente cumplimos un ciclo más.
Hay una persona que brilló durante este año en estas páginas de mi vida, es un lector al que no conozco físicamente, pero de cuya alma me siento muy cerca. Él ha tocado mi vida de una manera espectacular este año. Cuando mi nieta nació fue la persona que se encargó de gestionar con la complicidad de su madre a quien tampoco conocía, que mi madre recibiera la foto de la pequeña Samantha cuanto antes. Quizá ellos no sepan lo importante que fue eso para mi madre, para mi hija y por supuesto para mí. Felipe Lora que así se llama mi lector ha conquistado mi agradecimiento infinito no sólo con ese acto, sino con su lealtad y esa generosidad ilimitada que el derrocha mediante sus comentarios. Felipe no ha dejado de leer un solo artículo mío ni de comentarlo, es quizá el lector más fiel que tengo, aunque es posible que tenga más, sólo que los demás no me lo hacen saber a diario con su retroalimentación como lo hace Felipe.
Siempre que leo los comentarios de Felipe que no se limitan solo a mi blog sino a mi facebook también, me pregunto ¿que hace que una persona tan ocupada como él, dedique tiempo a retroalimentar a la gente? Porque debo aclarar que no soy la única que disfruta de la generosidad de Felipe, él es una persona que participa activamente en los foros de Facebook con sus comentarios luminosos y motivadores que incentivan y nutren el alma de quienes tienen el privilegio de estar en su lista de contactos.
Esto me hace reflexionar en la generosidad y en las formas que adopta nuestra capacidad de nutrir a los demás, y en como en tiempos de crisis no necesitamos dinero para dar, pero si necesitamos un corazón muy bien equipado de amor para darles reconocimiento, palabras de aliento y frases de poder.
Como me ha resultado tan inspirador Felipe en este sentido, he adoptado una costumbre en la que él ha sido mi mejor ejemplo, que es la de tomar un tiempo al día para nutrir a otros con mis palabras, bien sea escribiéndoles cartas para el alma o bien dejando una nota en su muro de facebook, o dejando comentarios en otros blogs que sigo y que me gusta leer. En esta misión me he dado cuenta que ser generoso con el lenguaje es un acto egoísta, porque reporta tanta alegría para el que lo recibe como para uno que es el que lo da.
Y no es muy difícil saber que decirle a la gente, basta con saber que es lo que nos gustaría escuchar, todos estamos en la constante búsqueda de ser reconocidos por nuestros talentos y nuestras virtudes, así que sintonizarse con el alma de la gente es en gran medida un reflejo de nuestra propia sintonía interior, quizá debe ser por eso que no es muy difícil saber como se trata la gente a si misma, basta con observar como tratan a los demás.
Gracias Felipe por leerme, por seguirme, por creer en mi, por apoyarme, por retroalimentarme, por nutrirme con tu conocimiento, por tu amistad virtual, por presentarme a tu madre a quien tuve la fortuna de conocer en persona, gracias por enseñarme con el poder de tu ejemplo que tiene más arrastre que cualquier discurso. Que no sea esta una manera de comprometerte para que me sigas leyendo, sino una invitación para que sigas tus ciclos y tus ritmos, yo quisiera contar con un lector así de por vida, pero sé que eso a veces no sucede, que uno a veces pierde la sintonía con las personas y que eso no es un final, ni una mala despedida, sino que simplemente cumplimos un ciclo más.
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Felipe Lora