ESPEJOS ROTOS
Tengo un espejo en casa que me refleja muy bien, me gusto mucho a mi misma cuando me miro en ese espejo, todo me va bien y el maquillaje apenas si se hace necesario, sólo que cuando llego a otra casa y me miro en otro espejo me veo fatal! Entonces me doy cuenta que lo que pasa es que mi espejo no tiene muy buena luz, que otros espejos tienen más luz que el mío. Es lo mismo que nos pasa con las relaciones interpersonales, algunas que tienen mucha luz nos devuelven una imagen demasiado magnificada de nosotros mismos que nos dejan al descubierto nuestras mas mínimas imperfecciones, por supuesto es más simple romper el espejo, o alejarnos de él (romper la relación o alejarnos de esa persona) que quedarnos cual masoquistas (en el buen sentido de la palabra) emocionales y evolutivos observando detenidamente que zonas nuestras son las que necesitan estar más iluminadas.
Y es que ahora que espero el nuevo año he estado muy atenta a los ciclos que se están cerrando en mi vida, de los que uno siempre tiene pistas porque son capítulos repetitivos, es como si fuera una especie de cantaleta que nos da el universo, cuando no lo escuchamos. Este fin de año mis relaciones interpersonales están mutando, hay una mariposa encerrada en ese aspecto de mi vida que debo dejar volar, y una delicada crisálida renunciará a su belleza para que esa mariposa despliegue sus alas, y derroche color.
Hay relaciones saludables y nutritivas, otras que son tóxicas pero que por algún motivo son parte de nuestra dieta social. De la misma manera que sabemos que existe la comida chatarra y a veces sucumbimos ante ella, así mismo sucumbimos ante amistades o personas que no son nutritivas, que buscan por todos los medios vampirizarnos energéticamente, minar nuestra autoestima, que nos usan como espejos para reflejar sus más temerosos demonios, que nos usan como chivos expiatorios para molestarse con nosotros cuando no son capaces de molestarse con quien verdaderamente detonó su malestar, que gozan de una creatividad asombrosa para usar todo cuanto digas en contra de ellas mismas y de uno. Son los mismos que buscan por todos los medios encender fuegos de ira, dolor y resentimiento y que se molestan si les ayudas a apagarlos, son como pirómanos emocionales a quienes lo último que les debes dar es la razón porque eso es como apagarles el fuego al que son adictos.
Pero la gran pregunta es ¿que hacer con este menú que de una u otra manera siempre tenemos en nuestra despensa social? Hacer lo mismo que con el menú poco saludable con que somos tentados, en la medida en que dejamos de comprar comida poco saludable la necesitamos menos y nuestro paladar se entrena mejor al punto que deja de disfrutar ese tipo de comida.
En la medida en que somos capaces de aceptar las condiciones y los procesos de estas personas sin interferirlos, y renunciamos a modificarlos y a solucionar sus conflictos, estamos decidiendo que no necesitamos más ese tipo de experiencias por lo tanto atraeremos otro tipo de personas y de experiencias a nuestra vida, o lo que es más mágico, algunos de estos amigos tóxicos cambian de vibración y entonces nos podremos relacionar con ellos en otro nivel evolutivo.
Lo importante es definir que tipo de hambre satisfacen nuestros amigos: ¿hambre física o emocional? .Por ejemplo solía tener una amiga que quería bajar de peso, siempre se lamentaba de que necesitaba motivación y compañía para poder organizar su plan de ejercicios, me ofrecí de voluntaria a ayudarla, como soy tan disciplinada con el ejercicio pensé que le sería de ayuda. Pero cada mañana antes de salir a hacer ejercicio ella tenía una brillante y justificada excusa por la cual ese día no podía. Cabe anotar que yo había hecho modificaciones en mi horario y en mi plan de ejercicio personal para ayudarla, así que comprendí que ella estaba satisfaciendo mi hambre emocional por ser redentora, ya que en este caso físicamente no necesitaba de ella para conseguir mi meta que era hacer ejercicio, decidí renunciar a ese alimento porque me di cuenta que mi hambre emocional ni era tan grande para pagar un costo tan alto en términos energéticos, y además estaba abanderada por mi ego. Es lo mismo que pasa con la comida, hay una porción que cada uno de nosotros tenemos para satisfacer esa hambre, yo por ejemplo tengo un plato en casa que es el mismo que siempre uso, lo mismo que un vaso para los líquidos, esa es mi medida, busco usar el mismo tamaño cuando soy invitada, y sé que cuando estoy comiendo más que eso, estoy saciando un hambre emocional o afectiva y entonces es hora de preguntarme a qué, a quién o a qué parte de mi misma me estoy comiendo en ese momento.
Como los amigos son nuestro espejo es interesante revisar nuestro círculo de amistades, para ver cuales son los que nos devuelven la imagen a la que estamos acostumbrados y que nos resulta confortable, y cuales son los que nos sorprenden con diferentes matices de luz que juegan con nuestras sombras. Estoy aprendiendo a no romper espejos, también estoy aprendiendo a respetar que hay quienes solo saben romperlos y disfrutan haciéndolo.
Cuando el espejo se rompió, bien sea porque fuimos el espejo que alguien rompió, o nosotros rompimos un espejo, generalmente se compromete el respeto y la relación es difícil por no decir que imposible reconstruirla. A nadie le gusta mirarse en un espejo remendado, por mucho que haya querido el espejo antes. Me gusta pensar que ese espejo ya hizo lo que tenía que hacer en mi vida y me gusta decirle adios con todo el agradecimiento que se merece por haber estado en la habitación de mi vida.
Y es que ahora que espero el nuevo año he estado muy atenta a los ciclos que se están cerrando en mi vida, de los que uno siempre tiene pistas porque son capítulos repetitivos, es como si fuera una especie de cantaleta que nos da el universo, cuando no lo escuchamos. Este fin de año mis relaciones interpersonales están mutando, hay una mariposa encerrada en ese aspecto de mi vida que debo dejar volar, y una delicada crisálida renunciará a su belleza para que esa mariposa despliegue sus alas, y derroche color.
Hay relaciones saludables y nutritivas, otras que son tóxicas pero que por algún motivo son parte de nuestra dieta social. De la misma manera que sabemos que existe la comida chatarra y a veces sucumbimos ante ella, así mismo sucumbimos ante amistades o personas que no son nutritivas, que buscan por todos los medios vampirizarnos energéticamente, minar nuestra autoestima, que nos usan como espejos para reflejar sus más temerosos demonios, que nos usan como chivos expiatorios para molestarse con nosotros cuando no son capaces de molestarse con quien verdaderamente detonó su malestar, que gozan de una creatividad asombrosa para usar todo cuanto digas en contra de ellas mismas y de uno. Son los mismos que buscan por todos los medios encender fuegos de ira, dolor y resentimiento y que se molestan si les ayudas a apagarlos, son como pirómanos emocionales a quienes lo último que les debes dar es la razón porque eso es como apagarles el fuego al que son adictos.
Pero la gran pregunta es ¿que hacer con este menú que de una u otra manera siempre tenemos en nuestra despensa social? Hacer lo mismo que con el menú poco saludable con que somos tentados, en la medida en que dejamos de comprar comida poco saludable la necesitamos menos y nuestro paladar se entrena mejor al punto que deja de disfrutar ese tipo de comida.
En la medida en que somos capaces de aceptar las condiciones y los procesos de estas personas sin interferirlos, y renunciamos a modificarlos y a solucionar sus conflictos, estamos decidiendo que no necesitamos más ese tipo de experiencias por lo tanto atraeremos otro tipo de personas y de experiencias a nuestra vida, o lo que es más mágico, algunos de estos amigos tóxicos cambian de vibración y entonces nos podremos relacionar con ellos en otro nivel evolutivo.
Lo importante es definir que tipo de hambre satisfacen nuestros amigos: ¿hambre física o emocional? .Por ejemplo solía tener una amiga que quería bajar de peso, siempre se lamentaba de que necesitaba motivación y compañía para poder organizar su plan de ejercicios, me ofrecí de voluntaria a ayudarla, como soy tan disciplinada con el ejercicio pensé que le sería de ayuda. Pero cada mañana antes de salir a hacer ejercicio ella tenía una brillante y justificada excusa por la cual ese día no podía. Cabe anotar que yo había hecho modificaciones en mi horario y en mi plan de ejercicio personal para ayudarla, así que comprendí que ella estaba satisfaciendo mi hambre emocional por ser redentora, ya que en este caso físicamente no necesitaba de ella para conseguir mi meta que era hacer ejercicio, decidí renunciar a ese alimento porque me di cuenta que mi hambre emocional ni era tan grande para pagar un costo tan alto en términos energéticos, y además estaba abanderada por mi ego. Es lo mismo que pasa con la comida, hay una porción que cada uno de nosotros tenemos para satisfacer esa hambre, yo por ejemplo tengo un plato en casa que es el mismo que siempre uso, lo mismo que un vaso para los líquidos, esa es mi medida, busco usar el mismo tamaño cuando soy invitada, y sé que cuando estoy comiendo más que eso, estoy saciando un hambre emocional o afectiva y entonces es hora de preguntarme a qué, a quién o a qué parte de mi misma me estoy comiendo en ese momento.
Como los amigos son nuestro espejo es interesante revisar nuestro círculo de amistades, para ver cuales son los que nos devuelven la imagen a la que estamos acostumbrados y que nos resulta confortable, y cuales son los que nos sorprenden con diferentes matices de luz que juegan con nuestras sombras. Estoy aprendiendo a no romper espejos, también estoy aprendiendo a respetar que hay quienes solo saben romperlos y disfrutan haciéndolo.
Cuando el espejo se rompió, bien sea porque fuimos el espejo que alguien rompió, o nosotros rompimos un espejo, generalmente se compromete el respeto y la relación es difícil por no decir que imposible reconstruirla. A nadie le gusta mirarse en un espejo remendado, por mucho que haya querido el espejo antes. Me gusta pensar que ese espejo ya hizo lo que tenía que hacer en mi vida y me gusta decirle adios con todo el agradecimiento que se merece por haber estado en la habitación de mi vida.
Comentarios
Con inmenso amor, el fotografo
Felicitaciones de nuevo