LISTA DE REGALOS
Estaba escuchando un programa de radio donde daban consejos acerca de que regalar en estas épocas de navidad. Me llamó la atención que en la lista de regalos para mujeres no encontré nada que yo quisiera recibir. Soy un hombre pensé! Pero en la lista de regalos para hombres tampoco había nada que yo deseara recibir.
Escribí entonces mi carta a Santa en inglés para que no se prestara a confusión, pues desde el incidente con Dame Edna en el 2003 comprendí que difícilmente Santa se molestará en aprender español.
Haciendo mi lista de regalos deseados, comprendí que lo tengo todo, en la medida en que cada vez deseo menos cosas, o las que deseo son más abstractas. Pienso que en algún momento nos arrebataron el placer de la espera, la postergación de la recompensa, la capacidad de asombro frente a un objeto simple por largo tiempo deseado, de esos que nuestros padres conservaban en una lista de regalos para ocasiones especiales. Todavía tengo frescas en mi memoria las imágenes de objetos sin mayor valor monetario que mis padres no me compraban otorgándole de esta forma la oportunidad a alguien más de impresionarme con algo así de regalo, también conservo las mariposas en la boca del estómago que me producían las expectativas de los regalos de navidad, en aquellas épocas esas expectativas duraban un año entero que parecían cinco. Y que decir de lo que significaba acariciar un objeto en un escaparate por meses y hasta años hasta que finalmente la mejor amiga que sabía cuanto desebamos esa tontería la compraba en navidad.
No queda nada de eso ahora que para efectos prácticos se han inventado novedosas formas de " facilitarnos" la labor de regalar, que van desde certificados de regalos hasta tarjetas con sobres especiales para depositar el billete y en Colombia existe ahora la modalidad de los sobres verdes que es el mismo sobrecito para billetes, pero en dólares.
Evoco en este momento a mi amigo Carlos, que en lo personal es una de las personas quien mejor sabe regalarme, él logra con cada regalo, hacer del momento presente todo un festín para mis sentidos. Recuerdo una vez que estando enferma llegó con una bolsa de varitas de inciensos, un manos libres para mi teléfono fijo y una película seleccionada de acuerdo a su exquisito buen gusto para que disfrutara cuando me quedara sola. Ese momento fue muy mágico, es como si los regalos de Carlos tuvieran ademas una dosis de alegría, siempre parece llegar con el objeto ideal para el momento emocional por el que uno atraviesa, quizá él no se haya percatado de la capacidad que tiene para inmortalizar los momentos cuando hace un regalo, pero recuerdo que ese instante borró todos los malestares de los días anteriores e hizo más llevadero los días siguientes, no sólo por el disfrute de sus regalos sino porque el recuerdo de ese momento de la entrega de sus regalos seguía presente aún cuando ya formaba parte de mi pasado.
Yo quisiera aprender de esa capacidad que tiene Carlos para hacer buenos regalos, pensando en ello he llegado a la conclusión que lo que hace más especial los regalos de él, es que él pone el alma en la elección de los mismos, cuando lo he visto a veces comprando regalos para otras personas, he notado que su ritual parte de concentrarse exclusivamente en la persona, de pactar telepáticamente con esa persona, a veces he pensado que él simplemente tiene el don especial de hacer que sea el regalo quien lo elija y no al contrario.
Cuando expandimos nuestra visión y podemos percatarnos de lo eternamente regalados que vivimos, reconociendo sólo en el milagro de despertar vivos un maravilloso regalo, entonces sabemos que regalar es impregnar con nuestra energía al otro mediante un símbolo externo.
Querido Santa:
Como este año he tenido tantas perdidas finalmente he aprendido la lección: Necesito menos de lo que alguna vez pensé. Aquí está mi lista de regalos:
Algo que tengas pero que no uses más
Algo que puedas tener gratis y que en otras circunstancias hubieras tenido que comprar.
Algo que tengas y de lo que te sea difícil desprenderte
Unas campanas tibetanas (te adjunto la foto)
Gracias Dios por llevarte lo que no necesito más.
Escribí entonces mi carta a Santa en inglés para que no se prestara a confusión, pues desde el incidente con Dame Edna en el 2003 comprendí que difícilmente Santa se molestará en aprender español.
Haciendo mi lista de regalos deseados, comprendí que lo tengo todo, en la medida en que cada vez deseo menos cosas, o las que deseo son más abstractas. Pienso que en algún momento nos arrebataron el placer de la espera, la postergación de la recompensa, la capacidad de asombro frente a un objeto simple por largo tiempo deseado, de esos que nuestros padres conservaban en una lista de regalos para ocasiones especiales. Todavía tengo frescas en mi memoria las imágenes de objetos sin mayor valor monetario que mis padres no me compraban otorgándole de esta forma la oportunidad a alguien más de impresionarme con algo así de regalo, también conservo las mariposas en la boca del estómago que me producían las expectativas de los regalos de navidad, en aquellas épocas esas expectativas duraban un año entero que parecían cinco. Y que decir de lo que significaba acariciar un objeto en un escaparate por meses y hasta años hasta que finalmente la mejor amiga que sabía cuanto desebamos esa tontería la compraba en navidad.
No queda nada de eso ahora que para efectos prácticos se han inventado novedosas formas de " facilitarnos" la labor de regalar, que van desde certificados de regalos hasta tarjetas con sobres especiales para depositar el billete y en Colombia existe ahora la modalidad de los sobres verdes que es el mismo sobrecito para billetes, pero en dólares.
Evoco en este momento a mi amigo Carlos, que en lo personal es una de las personas quien mejor sabe regalarme, él logra con cada regalo, hacer del momento presente todo un festín para mis sentidos. Recuerdo una vez que estando enferma llegó con una bolsa de varitas de inciensos, un manos libres para mi teléfono fijo y una película seleccionada de acuerdo a su exquisito buen gusto para que disfrutara cuando me quedara sola. Ese momento fue muy mágico, es como si los regalos de Carlos tuvieran ademas una dosis de alegría, siempre parece llegar con el objeto ideal para el momento emocional por el que uno atraviesa, quizá él no se haya percatado de la capacidad que tiene para inmortalizar los momentos cuando hace un regalo, pero recuerdo que ese instante borró todos los malestares de los días anteriores e hizo más llevadero los días siguientes, no sólo por el disfrute de sus regalos sino porque el recuerdo de ese momento de la entrega de sus regalos seguía presente aún cuando ya formaba parte de mi pasado.
Recibiendo un regalo de Carlos, él sabe de mi debilidad por los anillos |
Yo quisiera aprender de esa capacidad que tiene Carlos para hacer buenos regalos, pensando en ello he llegado a la conclusión que lo que hace más especial los regalos de él, es que él pone el alma en la elección de los mismos, cuando lo he visto a veces comprando regalos para otras personas, he notado que su ritual parte de concentrarse exclusivamente en la persona, de pactar telepáticamente con esa persona, a veces he pensado que él simplemente tiene el don especial de hacer que sea el regalo quien lo elija y no al contrario.
Cuando expandimos nuestra visión y podemos percatarnos de lo eternamente regalados que vivimos, reconociendo sólo en el milagro de despertar vivos un maravilloso regalo, entonces sabemos que regalar es impregnar con nuestra energía al otro mediante un símbolo externo.
Querido Santa:
Como este año he tenido tantas perdidas finalmente he aprendido la lección: Necesito menos de lo que alguna vez pensé. Aquí está mi lista de regalos:
Algo que tengas pero que no uses más
Algo que puedas tener gratis y que en otras circunstancias hubieras tenido que comprar.
Algo que tengas y de lo que te sea difícil desprenderte
Unas campanas tibetanas (te adjunto la foto)
Gracias Dios por llevarte lo que no necesito más.
Campanas Tibetanas |
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