DE RITMOS Y PROCESOS
Cuando nacemos, somos como semillas arrojadas al mundo y nuestro destino es hacer florecer esas semillas, ese florecimiento es lo que muchos llamarían prosperidad o éxito. Solo que como toda semilla esta requiere de un proceso de crecimiento y madurez para poder florecer o tener frutos. Ese proceso está sujeto al lugar donde fuimos arrojados y a las condiciones que nos rodean. Hay semillas que están en suelos fértiles y rodeadas de privilegios y por eso se esperaría que su proceso de maduración sea más óptimo y por ende sus frutos vean la luz más rápido. De hecho eso es lo que todos deseamos para nuestras propias vidas. Sabemos que las personas que nacen en familias privilegiadas tienen más oportunidad de alcanzar el éxito, usando mi metáfora, de florecer mucho más rápido que quienes hemos nacido en condiciones menos favorables. También sabemos que muchos que no han nacido en suelo privilegiado de repente se enteran que tienen un gran talento y dan un salto cuántico de la oscurid...