EL CARRITO DE COMPRAS DEL UNIVERSO
Me gusta la espiritualidad, pero eso no significa que me crea una persona espiritual, quizá a veces me comporte como tal, en cambio otras veces me comporto mas terrenal que nunca, estoy convencida que fuímos puestos en el mundo para experimentar todo lo terrenal y todos los sentidos sin renunciar a uno solo, y probar a través de ello que somos seres esencialmente espirituales.
He conocido mucha gente que se auto nombra espiritual, que en realidad son religiosos, otros que en realidad son fanáticos, otros que en realidad tienen tanto miedo de si mísmos que utilizan la espiritualidad como máscara, otros que empezaron la búsqueda y se dieron por vencidos cuando no encontraron nada para ellos lo suficientemente bueno.
Lo que me llama la atención es que hay una búsqueda frenética por hacer dinero a través de la espiritualidad, cada tendencia promete haber descubierto la fórmula de la abundancia, y por supuesto esa receta generalmente tiene una tarifa bien alta.
Por ejemplo la mayoría de los libros que leo sobre el tema recomiendan la práctica de la meditación trascendental, una técnica cuyo acceso parece estarle reservado no a aquellos que están probando la fórmula de la abundancia, sino a aquellos que ya la compraron y que ya les dió resultados.
Y aunque reconozco que el tema me apasiona, siempre me quedan tantos cabos sueltos y preguntas aparentemente sin respuesta, como cuando conozco niños de hogares disfuncionales que tienen inteligencia superior y que les gusta la lectura y tienen una madurez y una inteligencia emocional que no tienen los que son educados en los mejores colegios y cuyos padres son “espirituales” y tienen buena preparación acádemica. Personas que practican meditación y que estan llenas de cursos de espiritualidad pero siguen empoderadas por un ego gigante. Vegetarianos que son tan intolerantes y no gozan de buen carácter. Personas tranquilas y amorosas que padecen enfermedades terminales. En últimas ¿porque a la gente buena le siguen pasando cosas malas?.
Me gusta pensar que independientemente de las prácticas espirituales que uno tenga, hay una misión que cumplir y un misterioso camino que el alma eligió para cumplir esa misión, pero lo que siempre observo cuando escucho atentamente a las personas es que en lo profundo de nosotros siempre delatamos esa misión y por ende la razón de ser de nuestro supuesto “fracaso” con nuestra vida espiritual, tenemos las fórmulas pero no la suficiente visión para leer las señales de nuestra propia ruta, muchas veces somos astutos pero no inteligentes. Nuestra sed de responder a los moldes conceptuales de éxito nos lanzan a probar todo lo que ha funcionado para otros, olvidando que nuestra práctica debe ser personal, íntima, y sobre todo en vibración con nuestra misión.
Ayer navegando por la red me encontré con este análisis de la película “el secreto” que me llamó la atención porque llevaba por título “Un secreto mal contado”. Fue muy revelador para mí, porque guarda similitud con la misma impresión que me causó la película, pero que cuando me aventuraba a decirlo, mis interlocutores abrían sus ojos en señal de reproche, para que me retractara, entonces decidí que no hablaría más del tema, pero que tendría cuidado con toda esta información que me llega a propósito de la espiritualidad y su carrito de compras.
“El "coaching": Básicamente, los principios y la esencia de “The Secret” son los mismos que los de la moda en técnicas de autoayuda y superación conocida como “coaching”. El coaching emplea de idéntica forma técnicas provenientes de un conocimiento parcial y superficial de ciencias tradicionales orientales, para la proyección de la mente con el objetivo de alcanzar fines concretos, nuevamente sin importar si esos fines responden a la realización de nuestra naturaleza o a la de nuestro ego. Las ciencias tradicionales antiguas, como el Yoga, el Taoísmo, o el Chamanismo, contienen sólidas bases espirituales (el principio de búsqueda de la unión con uno mismo y con el universo) que impiden este tipo de desviaciones. El coaching es en principio completamente carente tanto de este tipo de base espiritual como de cualquier otra que proporcione una estructura equivalente, es decir de un sistema de conocimientos acorde con la realización de nuestra naturaleza (un ejemplo de este tipo de sistema serían las ciencias y teorías holísticas de las que se habla en este blog, desarrolladas por investigadores como Wilhelm Reich, Ryke Geird Hamer, Theodor Schwenk, Víctor Schauberger, James Lovelock, o Humberto Maturana). Tanto el coaching como “The Secret” son frutos de la misma pseudoespiritualidad concebida por y para nuestra sociedad de consumo, competitividad, e individualismo.
La venta del crecepelo: La película está estructurada en un formato descaradamente idéntico a la de cualquier propaganda de un producto standard de la sociedad de consumo. Frases textuales de la película son: Usando “el Secreto” usted puede conseguir fácilmente todo lo que desea, o ¿qué es lo que quieres del catálogo del universo?. Siempre mensajes orientados a la realización del ego “lo que tú puedes conseguir” “tú” “tú” y más “tú”. Exactamente igual que en los anuncios de la televisión. De hecho recuerda bastante a esos largos espacios televisivos de madrugada para anunciar milagrosas cremas adelgazantes; señal de que estamos ante un triste episodio más de la integración de la espiritualidad y las ciencias tradicionales en el refuerzo y la propaganda subliminal del American Way of Life”.
NOTA: En la sección de comentarios pueden abrirme los ojos en señal de reproche.
Fuentes: http://crimentales.blogspot.com/
He conocido mucha gente que se auto nombra espiritual, que en realidad son religiosos, otros que en realidad son fanáticos, otros que en realidad tienen tanto miedo de si mísmos que utilizan la espiritualidad como máscara, otros que empezaron la búsqueda y se dieron por vencidos cuando no encontraron nada para ellos lo suficientemente bueno.
Lo que me llama la atención es que hay una búsqueda frenética por hacer dinero a través de la espiritualidad, cada tendencia promete haber descubierto la fórmula de la abundancia, y por supuesto esa receta generalmente tiene una tarifa bien alta.
Por ejemplo la mayoría de los libros que leo sobre el tema recomiendan la práctica de la meditación trascendental, una técnica cuyo acceso parece estarle reservado no a aquellos que están probando la fórmula de la abundancia, sino a aquellos que ya la compraron y que ya les dió resultados.
Y aunque reconozco que el tema me apasiona, siempre me quedan tantos cabos sueltos y preguntas aparentemente sin respuesta, como cuando conozco niños de hogares disfuncionales que tienen inteligencia superior y que les gusta la lectura y tienen una madurez y una inteligencia emocional que no tienen los que son educados en los mejores colegios y cuyos padres son “espirituales” y tienen buena preparación acádemica. Personas que practican meditación y que estan llenas de cursos de espiritualidad pero siguen empoderadas por un ego gigante. Vegetarianos que son tan intolerantes y no gozan de buen carácter. Personas tranquilas y amorosas que padecen enfermedades terminales. En últimas ¿porque a la gente buena le siguen pasando cosas malas?.
Me gusta pensar que independientemente de las prácticas espirituales que uno tenga, hay una misión que cumplir y un misterioso camino que el alma eligió para cumplir esa misión, pero lo que siempre observo cuando escucho atentamente a las personas es que en lo profundo de nosotros siempre delatamos esa misión y por ende la razón de ser de nuestro supuesto “fracaso” con nuestra vida espiritual, tenemos las fórmulas pero no la suficiente visión para leer las señales de nuestra propia ruta, muchas veces somos astutos pero no inteligentes. Nuestra sed de responder a los moldes conceptuales de éxito nos lanzan a probar todo lo que ha funcionado para otros, olvidando que nuestra práctica debe ser personal, íntima, y sobre todo en vibración con nuestra misión.
Ayer navegando por la red me encontré con este análisis de la película “el secreto” que me llamó la atención porque llevaba por título “Un secreto mal contado”. Fue muy revelador para mí, porque guarda similitud con la misma impresión que me causó la película, pero que cuando me aventuraba a decirlo, mis interlocutores abrían sus ojos en señal de reproche, para que me retractara, entonces decidí que no hablaría más del tema, pero que tendría cuidado con toda esta información que me llega a propósito de la espiritualidad y su carrito de compras.
“El "coaching": Básicamente, los principios y la esencia de “The Secret” son los mismos que los de la moda en técnicas de autoayuda y superación conocida como “coaching”. El coaching emplea de idéntica forma técnicas provenientes de un conocimiento parcial y superficial de ciencias tradicionales orientales, para la proyección de la mente con el objetivo de alcanzar fines concretos, nuevamente sin importar si esos fines responden a la realización de nuestra naturaleza o a la de nuestro ego. Las ciencias tradicionales antiguas, como el Yoga, el Taoísmo, o el Chamanismo, contienen sólidas bases espirituales (el principio de búsqueda de la unión con uno mismo y con el universo) que impiden este tipo de desviaciones. El coaching es en principio completamente carente tanto de este tipo de base espiritual como de cualquier otra que proporcione una estructura equivalente, es decir de un sistema de conocimientos acorde con la realización de nuestra naturaleza (un ejemplo de este tipo de sistema serían las ciencias y teorías holísticas de las que se habla en este blog, desarrolladas por investigadores como Wilhelm Reich, Ryke Geird Hamer, Theodor Schwenk, Víctor Schauberger, James Lovelock, o Humberto Maturana). Tanto el coaching como “The Secret” son frutos de la misma pseudoespiritualidad concebida por y para nuestra sociedad de consumo, competitividad, e individualismo.
La venta del crecepelo: La película está estructurada en un formato descaradamente idéntico a la de cualquier propaganda de un producto standard de la sociedad de consumo. Frases textuales de la película son: Usando “el Secreto” usted puede conseguir fácilmente todo lo que desea, o ¿qué es lo que quieres del catálogo del universo?. Siempre mensajes orientados a la realización del ego “lo que tú puedes conseguir” “tú” “tú” y más “tú”. Exactamente igual que en los anuncios de la televisión. De hecho recuerda bastante a esos largos espacios televisivos de madrugada para anunciar milagrosas cremas adelgazantes; señal de que estamos ante un triste episodio más de la integración de la espiritualidad y las ciencias tradicionales en el refuerzo y la propaganda subliminal del American Way of Life”.
NOTA: En la sección de comentarios pueden abrirme los ojos en señal de reproche.
Fuentes: http://crimentales.blogspot.com/
Comentarios
We are earth-angels. Let's celebrate, This is the art of living. Art heads the unbreakeble love. My therapy is Art.
Un abrazo
Disculpe Luz Dary pero no me podia quedar callada.
Carolina