NAVIDAD ECOLÓGICA

Mi esposo y yo tuvimos este año un árbol de navidad sin luces, que fueron reemplazadas por velas, vestimos mejor nuestro árbol de navidad interior que el exterior para lo cual necesitamos vestirnos con más tolerancia por el entorno y por las personas que nos rodean, también se hace necesario trabajar en aquellas actitudes que necesitamos corregir para asistir a nuestro propio renacimiento, y este año en particular necesitamos más accesorios en nuestro árbol de navidad interno, con la situación financiera que enfrenta el mundo, se nos exige un decorado más elaborado y un mejor alumbrado interior. Y es que a veces tenemos mucha luz fuera de nosotros y nuestra casa esta llena de luces navideñas que embellecen nuestro entorno, pero sin embargo interiormente estamos en la absoluta oscuridad, la belleza de nuestra decoración navideña debería ser proporcional a nuestro decorado interior.

Personalmente los mejores accesorios para mi árbol de navidad interno deben ser: la tolerancia, la solidaridad, el perdón y el desapego, pero como posiblemente no los he conquistado aún, se han convertido a la vez en los regalos por los que siempre pido.
Tampoco compramos regalos, pensando en disminuir nuestra basura, tratamos de comprar menos y de rotar los recursos que poseemos para hacer nuestra contribución planetaria. Para lo cual recolectamos todos aquellos objetos que están en buen estado en casa, pero a los que ya les dimos uso y que no estamos interesados en acumular, como los libros, películas y música, los empacamos en una caja navideña y anunciamos a la familia que dentro de esa caja cada uno podría elegir el regalo que más le conviniera, o que más deseara. Fue una bella experiencia, cada uno se llevó consigo lo que disfrutará.

Después vinieron los amigos, y ellos también pudieron elegir de la caja, que a estas alturas me parece mágica, porque aún quedan objetos por ser repartidos y en espera de alguien que les pueda dar uso.

El veinticuatro por la mañana cuando encendí mi teléfono celular, ya tenía varios mensajes y varios textos de amigos, y digo amigos porque no tengo categoría para ellos, todos lo son para mí, los presentes, los ausentes, los que llenan mis expectativas, los que no, los amables, los menos amables, etc. El caso es que me he dado cuenta que tanto el día de navidad, como el día que se acaba el año la gente desaparecida, aparece, emerge de sus sombras en un impulsivo deseo de hacernos saber que siguen ahí.

Dicen-escriben la frase que aprendimos bien desde niños "¡feliz navidad!". Hoy quiero decirles a todos que aunque antes resentía que algunos sólo aparecieran estos días del año, y me preguntaba porque no aparecían cuando cumplo años, cuando estoy enferma, cuando no la estoy pasando bien etc., este año estoy feliz de que lo hagan y estoy disfrutando de esas reapariciones, que para mí son como los certificados de supervivencia que tiene que enviar mi madre para que le paguen la pensión: uno cree que son solo papeles, pero que necesarias son. Este año los considero auténticos regalos. Saber que me regalas espacio en la memoria de tu celular y de tu libreta de direcciones para guardar mis datos, me recuerda que sigo vigente de alguna forma en tu vida y eso por algún motivo me gusta.

Como yo soy un poco atípica, no suelo enviar frases deseando feliz navidad a la gente, para mi la navidad es un renacimiento, así que solo les deseo que asistan con todos sus cinco sentidos a este nuevo renacimiento de ustedes mismos. En este día me gusta recordar que somos como un carruaje tirado por caballos. Los caballos representan nuestros instintos, el hombre que conduce el carruaje nuestra mente, el carruaje nuestro cuerpo, y el pasajero nuestro espíritu, si conseguimos que este equipo trabaje en armonía y se pongan de acuerdo acerca de la ruta y de la manera como quieren recorrer esta ruta llamada vida, creo que todo funcionara mejor, y el camino se hace ameno, ese es mi deseo que tu carruaje este encausado. FELIZ VIAJE!


Comentarios

Juan ha dicho que…
Luz Dary, si yo tuviese tu numero de telefono tambien te hubiera llamado. Gracias por el renacimiento interior y cuenta conmigo como tu asiduo lector porque enriqueces mi alma.

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