EL SILENCIO DE LA CÓNSUL
El testimonio de una persona acerca de que había sido contactada por el grupo MIRA vía telefónica y que le habían dicho que tienen su cédula, lugar de votación, número de mesa, y nombre completo; y que si no asiste a votar, pues fácil, votarán por ella, me alarmó tanto que decidí ir hasta el consulado de Colombia en Miami para entrevistar a alguien que me diera alguna explicación del porque y como se estaban infiltrando personas en los listados de los votantes.
La noche anterior a mi viaje al consulado había hablado con una de las funcionarias por teléfono quien me atendió muy bien, me dijo que la seguridad durante las votaciones estaba garantizada y me invito a ir al consulado y preguntar por ella, para ayudarme a que la vice cónsul me diera una entrevista.
Me llevó directamente con la cónsul, quien me recibió con una sonrisa amplia y muy amablemente, sonrisa que desapareció mágicamente cuando le mencioné el motivo de mi visita y le pedí permiso para grabar nuestra entrevista, sin dejarme terminar lo que estaba diciendo se puso a la defensiva y su tono de voz en adelante no sólo fue autoritario sino agresivo. Empezó por decirme que tenía que llamar al abogado del consulado para que supervisara la entrevista si quería grabar, después atacó directamente mi profesión cuestionando mi labor, e interrogándome acerca de mi título y de mi empleador, en tono peyorativo me preguntó quienes eran mis lectores, así que, lectores favor identificarse ante la cónsul de Colombia en Miami, porque lamentablemente no tengo control sobre la identidad de mis lectores.
Puse mi ego en su escritorio y la escuché pacientemente mientras ella trataba por todos los medios de descalificarme, y de ampararse en formalismos como presentación formal y razón de mi visita, todo para generarme culpa, lo que dejaba para mi en evidencia una necesidad de distraerme del motivo que me había llevado hasta allí.
Parece que la cónsul está un poco desactualizada porque ignora que en esta época existe algo que se llama comunicadores independientes y que ya no necesitamos el respaldo, ni el buen nombre de ninguna entidad para ser buenos comunicadores, y para llegar a un público considerable, entre otras cosas también parece que la cónsul tiene problemas auditivos porque fuí clara cuando le dije que sólo era una escritora, no una periodista, tratando de obtener información para escribir un artículo que buscaba conciliar y tranquilizar a la comunidad respecto a las elecciones del dia 14 de Marzo, asunto en el que nunca lució interesada.
Hizo una llamada al supuesto abogado que nunca se presentó, y se movía entre sus dos escritorios con un nerviosismo notorio, nunca pensé tener semejante poder.
Al colgar me dijo que de todas maneras con esa forma de presentarme en su oficina (con lo que alcancé a sentirme una delincuente que había entrado por la ventana y no por la puerta y anunciada previamente) no me permitiría grabar ni una sola palabra. Como a esas alturas el ambiente estaba tan rancio, y su temor era exageradamente notorio, puse mi grabadora sobre su escritorio (junto a mi ego) y para tranquilizarla le dije que la dejaría a su vista para que no pensara que la había metido en mi cartera encendida. Y le pedí que por lo menos me escuchara y me respondiera una sola pregunta.
Durante mi exposición de la situación fuí interrumpida varias veces para recordarme otra vez que yo había entrado de manera poco elegante en su oficina, y para decirme que en sus veintitantos años de trabajo periodístico ella jamás había visto que alguien abordara una entrevista de la manera que yo lo estaba haciendo, para tranquilizarla y conseguir que me dejara seguir hablando me disculpe por aquello de lo que ella me acusaba, mientras pensaba que por lo menos en éso estabamos de acuerdo ya que en mis años (no dire cuántos para no delatar mi edad) entrevistando personas y personalidades, jamás me había tropezado con alguien tan agresivo y con tanto temor por una simple pregunta.
Cuando terminé de exponer mi tema le dije que lo único que yo necesitaba saber era si es legal que alguien más aparte de los empleados de la registraduría, tuviera acceso a los listados de los votantes y de no ser así, como habría sido eso posible. Respondió que si alguien tenía algo que decir al respecto debía denunciar y que las denuncias no se hacían a través de los medios sino ante la registraduría, que si en todo caso yo necesitaba información para apoyar un artículo debía buscarla en la página web de la registraduría.
Me disculpé de nuevo por haber causado ese nivel de perturbación en ella, intención que no llevaba y que jamás, ni en mis peores pesadillas, imaginé ocasionar, recogí mi ego y mi grabadora y me retiré de allí con el sinsabor de un trato nada amable de una persona de quien uno espera un poco más de elegancia y diplomacia, me recordó a los personajes que en Colombia padecen del “síndrome de la doctorcitis” y que lo miran a uno por encima del hombro si uno no está avalado por uno o más títulos que lo acrediten doctor en cualquier cosa.
Esperaba una cónsul con más inteligencia emocional,más solidaria, menos reactiva y menos visceral, que se interesara por mis temores que de alguna manera estaban proyectando los temores de la comunidad, que estuviera abierta a resolver nuestros interrogantes y me brindara información para escribir mi artículo y tranquilizar a quienes a estas alturas temen ir a votar. A cambio encontré una persona hostil que no sólo me cerró las puertas sino que obstaculizó mi labor con su actitud nada asertiva.
Puede ser que yo no tenga el bagaje que ella tiene en sus veintitantos años de ejercicio del periodismo, pero en lo que si tengo más experiencia que ella es en calidad humana, lo cual me permite tener la suficiente inteligencia para no ser dominada por mis emociones cuando una situación se me sale de las manos, y saber que como representante de un país en el exterior le debo cuando menos respeto y consideración a mi gente. Así que no tengo nada para decirle a los votantes respecto a como el grupo MIRA obtiene los listados de votantes y sus datos personales, saquen ustedes sus propias conclusiones.
La noche anterior a mi viaje al consulado había hablado con una de las funcionarias por teléfono quien me atendió muy bien, me dijo que la seguridad durante las votaciones estaba garantizada y me invito a ir al consulado y preguntar por ella, para ayudarme a que la vice cónsul me diera una entrevista.
Me llevó directamente con la cónsul, quien me recibió con una sonrisa amplia y muy amablemente, sonrisa que desapareció mágicamente cuando le mencioné el motivo de mi visita y le pedí permiso para grabar nuestra entrevista, sin dejarme terminar lo que estaba diciendo se puso a la defensiva y su tono de voz en adelante no sólo fue autoritario sino agresivo. Empezó por decirme que tenía que llamar al abogado del consulado para que supervisara la entrevista si quería grabar, después atacó directamente mi profesión cuestionando mi labor, e interrogándome acerca de mi título y de mi empleador, en tono peyorativo me preguntó quienes eran mis lectores, así que, lectores favor identificarse ante la cónsul de Colombia en Miami, porque lamentablemente no tengo control sobre la identidad de mis lectores.
Puse mi ego en su escritorio y la escuché pacientemente mientras ella trataba por todos los medios de descalificarme, y de ampararse en formalismos como presentación formal y razón de mi visita, todo para generarme culpa, lo que dejaba para mi en evidencia una necesidad de distraerme del motivo que me había llevado hasta allí.
Parece que la cónsul está un poco desactualizada porque ignora que en esta época existe algo que se llama comunicadores independientes y que ya no necesitamos el respaldo, ni el buen nombre de ninguna entidad para ser buenos comunicadores, y para llegar a un público considerable, entre otras cosas también parece que la cónsul tiene problemas auditivos porque fuí clara cuando le dije que sólo era una escritora, no una periodista, tratando de obtener información para escribir un artículo que buscaba conciliar y tranquilizar a la comunidad respecto a las elecciones del dia 14 de Marzo, asunto en el que nunca lució interesada.
Hizo una llamada al supuesto abogado que nunca se presentó, y se movía entre sus dos escritorios con un nerviosismo notorio, nunca pensé tener semejante poder.
Al colgar me dijo que de todas maneras con esa forma de presentarme en su oficina (con lo que alcancé a sentirme una delincuente que había entrado por la ventana y no por la puerta y anunciada previamente) no me permitiría grabar ni una sola palabra. Como a esas alturas el ambiente estaba tan rancio, y su temor era exageradamente notorio, puse mi grabadora sobre su escritorio (junto a mi ego) y para tranquilizarla le dije que la dejaría a su vista para que no pensara que la había metido en mi cartera encendida. Y le pedí que por lo menos me escuchara y me respondiera una sola pregunta.
Durante mi exposición de la situación fuí interrumpida varias veces para recordarme otra vez que yo había entrado de manera poco elegante en su oficina, y para decirme que en sus veintitantos años de trabajo periodístico ella jamás había visto que alguien abordara una entrevista de la manera que yo lo estaba haciendo, para tranquilizarla y conseguir que me dejara seguir hablando me disculpe por aquello de lo que ella me acusaba, mientras pensaba que por lo menos en éso estabamos de acuerdo ya que en mis años (no dire cuántos para no delatar mi edad) entrevistando personas y personalidades, jamás me había tropezado con alguien tan agresivo y con tanto temor por una simple pregunta.
Cuando terminé de exponer mi tema le dije que lo único que yo necesitaba saber era si es legal que alguien más aparte de los empleados de la registraduría, tuviera acceso a los listados de los votantes y de no ser así, como habría sido eso posible. Respondió que si alguien tenía algo que decir al respecto debía denunciar y que las denuncias no se hacían a través de los medios sino ante la registraduría, que si en todo caso yo necesitaba información para apoyar un artículo debía buscarla en la página web de la registraduría.
Me disculpé de nuevo por haber causado ese nivel de perturbación en ella, intención que no llevaba y que jamás, ni en mis peores pesadillas, imaginé ocasionar, recogí mi ego y mi grabadora y me retiré de allí con el sinsabor de un trato nada amable de una persona de quien uno espera un poco más de elegancia y diplomacia, me recordó a los personajes que en Colombia padecen del “síndrome de la doctorcitis” y que lo miran a uno por encima del hombro si uno no está avalado por uno o más títulos que lo acrediten doctor en cualquier cosa.
Esperaba una cónsul con más inteligencia emocional,más solidaria, menos reactiva y menos visceral, que se interesara por mis temores que de alguna manera estaban proyectando los temores de la comunidad, que estuviera abierta a resolver nuestros interrogantes y me brindara información para escribir mi artículo y tranquilizar a quienes a estas alturas temen ir a votar. A cambio encontré una persona hostil que no sólo me cerró las puertas sino que obstaculizó mi labor con su actitud nada asertiva.
Puede ser que yo no tenga el bagaje que ella tiene en sus veintitantos años de ejercicio del periodismo, pero en lo que si tengo más experiencia que ella es en calidad humana, lo cual me permite tener la suficiente inteligencia para no ser dominada por mis emociones cuando una situación se me sale de las manos, y saber que como representante de un país en el exterior le debo cuando menos respeto y consideración a mi gente. Así que no tengo nada para decirle a los votantes respecto a como el grupo MIRA obtiene los listados de votantes y sus datos personales, saquen ustedes sus propias conclusiones.
Comentarios
A estas alturas y sin ninguna declaración de su parte, los votantes nos quedamos una vez más llenos de incertidumbre.
solo nos queda seguir nuestro instinto como buenos ciudadanos colombianos que somos y es creer en la democracia que nos enseñaron, con el corazon en la mano decide a tu criterio personal cual de tantos candidatos te ofrece lo que has pensado es lo mejor para el pais que tus hijos y muchas familias viven.
yo por mi parte espero que los nuevos dirigentes sean personas honestas,(dificil de creer) serias, rectas y dignos de el voto que le demos el proximo 14 de Marzo.
"solo se cambia la actitud ajena cuando cambiamos la nuestra"
Con su actitud inmadura armó una batalla personal y como no fuiste su aliada prefirió acabar contigo. Su ego sintió "dolor" y quiso atenuarlo lastimándote, menospreciándote para sentirse valorada.
Pero tú te comportaste como toda una dama y no te contagiaste de su soberbia y al final hiciste de esta experiencia una magnífica oportunidad para seguir desarrollándote como la persona integral que eres.
Si ella es cónsul, tú eres toda una embajadora!"
Felipe A Lora
"servicios" y /o asistencia y los recibimos cuando a ellos les da la gana. Alma Gallego
Los resultados de las elecciones son preocupantes....el PIN, partido que no tiene un buen historial y EL GOBIERNO lo sabe tener 8 curules?????????
Uno cree que por que el MIRA es un partido de cristianos....que creen en Dios y promulgan sus valores....las cosas sean diferentes...
La consul, Dios, ALGO tenemos que hacer....que nos pasa?????????????cuanto cinismo
fredy
Lo que revela el comportamiento de la Consul, es su poca inteligencia y madurez. Ademas, estar tan a la defensiva indica que algo de verdad debe haber en el asunto. En definitiva, en lo que menos estaba pensando la Consul en ese momento era que estaba representando a su país y que debía tratar a su compatriota con el respeto que merece .
En cambio tú, no te dejaste impresionar por ese trato tan grosero. Con mucha elegancia, paciencia e inteligencia intentaste explicar y buscar un acercamiento, pero te encontraste con un muro de ignorancia y mala educación.
Por favor, transmite a la Cónsul que yo soy otra de tus asiduas lectoras y que le manifiesto mi total rechazo a su comportamiento como “diplomática” de Colombia en el exterior.
Concepción Escalon.