TEMA TABÚ

El sexo, la muerte y la religión son los temas tabú de cualquier conversación. Con marcada frecuencia soy silenciada en conversaciones cuando estos temas salen a flote, debido a mi manera atípica de abordarlos.

Durante una reunión de un grupo de apoyo para cuidadores de pacientes que padecen Alzheimer, uno de los cuidadores preguntó si era posible diligenciar un documento de eutanasia durante la época de habilidad mental para que si uno llegaba a padecer de dicha enfermedad no encadenar a la familia por tanto tiempo al cuidado de uno.

La sicóloga que presidía la reunión, se molestó visiblemente con la mención de la palabra eutanasia; y nos dijo que ése no era un espacio donde era procedente mencionar esa palabra, de hecho fue absolutamente reactiva. Intervine tratando de mediar y explicando que nadie estaba hablando de practicar eutanasia a los pacientes cuya enfermedad ya estaba en curso, y que mas bien pensaba que la inquietud del cuidador era personal, y que obedecía a que él era quien estaba interesado en informarse al respecto porque como cuidador ya sabía la labor tan ardua que es y no quería que sus hijos pasaran por lo mismo que él estaba pasando. Pero me di cuenta que más allá de defender con una vehemencia irracional su posición noté que su meta principal era hacernos sentir culpables por haber considerado siquiera la eutanasia como una opción y por pensar de esa forma tan fría frente al tema. Y es que no termino de comprender porque el tema de la muerte envuelto en el empaque que sea, es algo tan dramático para nuestra sociedad, si es el destino final de todos.



En vista de que era su reunión y yo sólo era una invitada, me alejé del tema. Dos días después durante una interacción personal con algunos participantes de la misma reunión ellos insistían en el tema de nuevo, aún en contra de lo que la sicóloga pensara, la mayoría estaban de acuerdo con la eutanasia, pero se sentían inmovilizados por el sinsabor que producía la sola idea (que entre otras cosas no es productiva para la industria farmacéutica)

Esto me dejó pensando, hasta que punto adoptamos un rígido respeto por los títulos y los niveles educativos que la sociedad nos ha enseñado a reverenciar, hasta que punto no somos capaces de cuestionar estas aparentes figuras de autoridad, ¿cuantos padres de familia habrán encomendado la salud emocional de sus hijos a personas con un sistema rígido de creencias que compite con la realidad, solo porque están protegidos por una inmunidad educativa y cultural?

Si, son muchas las luchas a las que nos vemos enfrentados diariamente en aras de defender el "uno mismo" que uno es, a veces tengo la sensación de que estamos condenados a quemar nuestra personalidad en el fuego de la pasión con que otros imponen su posición en el mundo, amparados por una cadena de creencias respecto a lo que es la credibilidad y la autoridad.

Quizá nos sirva pensar en que una auténtica figura de autoridad no impone sus ideas, las expone, y permite que sus interlocutores expongan las suyas, sin sentirse amenazado por ellas, sabiendo que cada idea nueva que escuchamos puede nutrirnos y revelarnos un trozo más de verdad que hará más grande la nuestra. Un buen líder, vigila su crítica, y trata al máximo de reducir el componente de culpabilidad por la manera como los demás deciden vivir su vida, sabe que la culpabilidad ha hecho demasiado daño a la humanidad y que todos, equivocados o no, estamos en búsqueda de reconciliación constante con nosotros mismos y con el mundo. Del arte de ser bondadosos a través del respeto por la individualidad del otro, sabemos mucho pero lo ejercitamos poco.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
"A diferencia de la educación rígida del pasado, los líderes de hoy basan sus enseñanzas en el campo de todas las posibilidades... en ese "vale todo" que no impone límites ni condiciones absurdas. Es un conocimiento libre de tabúes, en el que todas la decisiones se toman de manera franca y espontánea."
Felipe A Lora
Anónimo ha dicho que…
"Sucede que son temas rispidos para ser abordados en conversaciones aun entre amigos porque no todos somos tolerantes / open mind. Concuerdo en el concepto de liderazgo que introducis en la nota. "
Marcelo Martuscelli

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