PIDE Y SE TE DARÁ
La familia de mi esposo, siempre procura realizar actividades que mantengan unida la familia, no sólo en navidad, sino también durante todo el año. Como miembro que soy ahora de esta familia, estoy incluida en todos sus eventos, y este año en particular he visto la evolución que hemos tenido como grupo familiar. Hubo épocas en las que las diferencias de filosofías de vida y de creencias religiosas amenazaron con separarnos, épocas en las que no nos sentíamos confortables con esas diferencias y nos sentimos tentados a imponer cada uno nuestras creencias a los demás; y tratar de uniformarnos para no tener que lidiar con nuestra diversidad.
Este año me agradó positivamente ver como cada uno hemos cedido y hemos abrazado nuestras diferencias. Eso ha sido notorio más en esta época en la que los rituales religiosos de algunos son predominantes, y los que no comparten esas creencias nos han acompañado demostrándonos que en su manera de vivir la vida y de creer en otro poder superior también hay humildad y respeto por los demás.
Durante los rituales de los católicos es donde las diferencias se hacen más evidentes, pero este año quienes no comparten el catolicismo nos han acompañado en las novenas; y los que practican el catolicismo han diseñado una novena de navidad donde han dejado espacio para los rituales diferentes. Que bella forma de ser incluyentes y de innovar nuevas formas de acercarnos, considero ese un logro del alma dominando sobre los intereses de nuestros egos. Personalmente he verificado que interactuar con personas de otras creencias y abrirme a sus rituales no amenaza en nada las mías, al contrario eso las fortalece y me permite ver la belleza y la riqueza que también existe en la diversidad.
Me siento bendecida de haber llegado a la familia de mi esposo, ellos no sólo comparten la alegría de permanecer unidos sino que me están enseñando nuevas facetas del respeto y como hacer de nuestras diferencias un tesoro, ya no más algo a lo cual temer o por lo cual quejarse, pero sobre todo les estoy agradecida porque apoyan mi propósito de mantener más iluminado mi interior que mi exterior. Todo esto verifica para mi, que cuando lanzo un propósito al universo, este busca todos los recursos para apoyar mi decreto y para llevarlo a cabo.
Este año me agradó positivamente ver como cada uno hemos cedido y hemos abrazado nuestras diferencias. Eso ha sido notorio más en esta época en la que los rituales religiosos de algunos son predominantes, y los que no comparten esas creencias nos han acompañado demostrándonos que en su manera de vivir la vida y de creer en otro poder superior también hay humildad y respeto por los demás.
Durante los rituales de los católicos es donde las diferencias se hacen más evidentes, pero este año quienes no comparten el catolicismo nos han acompañado en las novenas; y los que practican el catolicismo han diseñado una novena de navidad donde han dejado espacio para los rituales diferentes. Que bella forma de ser incluyentes y de innovar nuevas formas de acercarnos, considero ese un logro del alma dominando sobre los intereses de nuestros egos. Personalmente he verificado que interactuar con personas de otras creencias y abrirme a sus rituales no amenaza en nada las mías, al contrario eso las fortalece y me permite ver la belleza y la riqueza que también existe en la diversidad.
Me siento bendecida de haber llegado a la familia de mi esposo, ellos no sólo comparten la alegría de permanecer unidos sino que me están enseñando nuevas facetas del respeto y como hacer de nuestras diferencias un tesoro, ya no más algo a lo cual temer o por lo cual quejarse, pero sobre todo les estoy agradecida porque apoyan mi propósito de mantener más iluminado mi interior que mi exterior. Todo esto verifica para mi, que cuando lanzo un propósito al universo, este busca todos los recursos para apoyar mi decreto y para llevarlo a cabo.
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