LOS SIETE.

Me imagino que aquellos que tienen facebook y de repente el "recomendador de amigos" automático les recomienda a alguien que hace mucho tiempo no ven y a quien le tuviste aprecio les pasa lo mismo que a mí, que me da una alegría enorme.

Incluso, y en esto difiero de quienes no gustan de facebook, porque según ellos aquí uno se encuentra hasta con los indeseables, a mí no sólo me gusta sino que me emociona encontrarme con los “indeseables”. Y es que el perdón se me da con una facilidad asombrosa, no existe situación adversa alguna que yo haya enfrentado con algún ser querido que no deje rápidamente en el olvido, como para recomenzar la relación de nuevo.

Hace poco le hice requerimiento a un viejo amigo, que yo recuerde lo éramos hasta que dejamos de frecuentarnos porque él se casó con una mujer que no creía merecer un hombre como él, de tal manera que éste pobre hombre tuvo que, no sólo encadenarse a su esposa y su nueva vida de casado, sino que tuvo que soltar su vida social, en aras de garantizarle a su esposa su seguridad en si misma. Ahora cuando lo encuentro de nuevo, brilló para mi una luz de esperanza de que éste hombre subyugado por la baja autoestima de una mujer, hubiera retomado su vida social como es de esperarse después de más de diez años de casados. Nada más alejado de la realidad.

Algo similar me está pasando a propósito de ésta reaparición de viejos amigos en facebook, con el grupo de los siete, quienes en una época de mi vida no sólo fortalecieron mi vida social, sino que todos, absolutamente todos, se dijeron ser buenos amigos míos en su momento; y dijeron amarme con la mano apuntando al corazón. No obstante a raíz de mi rompimiento con uno de ellos, que era como el líder del grupo, el resto del grupo dejó de hablarme y nunca más volví a saber de ellos, hasta ahora cuando el buscador de amigos automático de facebook me los ha traído al presente, solo que como es de esperarse ninguno ha aceptado estar en mi lista de amigos. Lo que me parece mágico es como desde su rechazo me siguen enseñando algo, parte de ése algo es la fragilidad del amor contemporáneo, un amor que se otorga al otro con la condicionalidad respectiva, y única y exclusivamente, si el receptor del amor, responde a las expectativas o se compromete a tener una buena imagen con la figura que sostiene la identidad del grupo. En los grupos casi siempre se construye una identidad grupal sobre todo cuando somos incapaces de hacernos cargo de nuestra propia identidad.

Y es que, éste episodio me recuerda que yo tuve mis pistas de que algo así pasaría, o de que esta amistad con los siete, era algo así como un encuentro que se daba al calor del jet set del momento, eso fue cuando conocí a un chico que prometía ser el número ocho del circulo de los siete, la mayoría de ellos me hablaron mal de él, era su manera de asegurarse la solidez del grupo y también de cerrarlo y de alguna manera asegurar la aprobación del líder del grupo (en este caso el personaje con quien tuve la ruptura). Sólo que siempre me ha gustado averiguar por mi misma quien es la gente y a quien dejo entrar en mi circulo de amistades, aunque he de ser sincera que cada vez tengo menos restricciones al respecto y en ese sentido mi vida parece un campo abierto en el que todo el mundo es bienvenido. Así que dejé al individuo número ocho entrar en mi vida y permitirme conocerlo bajo mi lente, sin dejar que intervinieran los juicios de valor vestidos de "consejos" que me advertían acerca de algo "malo" con el número ocho, el resultado fue una bella amistad que sigue vigente y que me demostró que apostarle a la gente es una buen negocio.

Por eso aunque los siete me hayan rechazado les he enviado a todos y cada uno de ellos un mensaje, dándoles mi voto de confianza, con las puertas de mi vida abiertas de nuevo, porque aunque ellos me juzguen con el lente empobrecido de su líder que se dejó cegar por las oscuras imágenes que le he ofrecido a través de mis limitaciones, yo le sigo apostando a la raza humana y a esa capacidad que siempre tenemos de enfocarnos unos a otros con ojos mas amorosos y menos crueles, y aunque no soy participe de la manera como ellos me han tratado, entiendo que desde su posición no pueden ofrecerme nada distinto.

Aunque esa posición no cambie nunca, lo mejor que obtuve de ellos todos aquellos años de camaradería y amistad no me lo puede robar nadie, ni siquiera ellos con su indiferencia, porque el amor que les entregué cuando éramos amigos, vive en alguna parte de mí y no puedo, ni tampoco quiero condicionarlo a lo que deje de recibir en el futuro de ellos.

PD: para cuando cerré éste artículo, uno de los siete me acaba de aceptar como amiga en facebook nuevamente y me ha escrito una bella carta.




Comentarios

juan cubillos ha dicho que…
cuando se cuenta con la amistad de las personas, no se sabe con quien contar, pero cuando se cuenta con un proposito se sabe mucho mas a donde ir a encontrar esa amistad.
espero que algun día puedas decir que hice parte de tu grupo y continuo siendolo.besoos
viter73
Anónimo ha dicho que…
Todos estamos ubicados de manera diferente en la vida, vemos las cosas desde nuestra optica y nuestros intereses que es lo que nos permite crecer o quedarnos quietos....es duro, al menos para mi ver como las diferentes etapas de la vida se van al igual que quienes las habitaron...no obstante hay quienes se quedan para siempre, con diferente forma en distinta intensidad. En ocasiones somos los descansos de las escalesras que alguien tiene que subir para encontrar una nueva puerta, en otros momentos estamos al interior de quien las sube.....
fredy

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