TRAVESÍA CONSULAR.
Me fui de paseo al consulado de Colombia, acompañando a mi esposo que se ganó en el sorteo extraordinario de citas para cédula, una para hoy. Quería ver por mis propios ojos como es que están funcionando las cosas.
Antes de que nos abrieran la puerta del consulado interactué con varios colombianos, para encontrarme con que está muy generalizado el descontento con el sistema de las citas y lo dispendioso que resulta obtenerlas, una mujer me contó que desde agosto estaba buscando la cita, y solo hasta este mes la pudo conseguir. También escuché las disertaciones de una mujer hablando con ese tono de quien tiene la última verdad impostergable acerca del valor que tienen las personas por su educación académica, por su poder adquisitivo, y por la “clase” que solo puede tener la clase socio económica alta, le brillaban los ojos mencionando a sus amigos con nombres propios, titulos universitarios, posgrados y puestos influyentes en prestantes instituciones colombianas, y sus ojos se apagaron narrando la triste historia de un amigo suyo que es médico y ahora le toca la labor humillante de recoger basuras. Por poco me lleva consigo al precipicio de la victimización, y por un momento casi sentí el dolor del exiliado colombiano en un país en el que paga un arduo precio por un poco de tranquilidad y por una tregua con el secuestro, las vacunas y la escopolamina.
No me dejaron entrar porque no tenía cita, así que esperé a mi esposo con reloj en mano (para ver cuanto tardan en el proceso ahora que es con citas) en el sitio donde toman las fotografías, y que es atendido por Colombianos, con ésa excelente atención al cliente en lo que pienso que nadie nos iguala en el mundo.
Si hay algo que nos distingue es que el colombiano espera a sus clientes en la puerta de su negocio y lo seduce a uno con una facilidad asombrosa para que lo elija a él y no a otro en la diversidad de negocios de Coral Gables. Como el hombre de la cafetería que con solo hablar del menú, me hizo saborear con anticipación sus empanadas, una vez uno entra tampoco se arrepiente porque gozan de una atención maravillosa, mezclada con ese olor a comida colombiana que despierta toda la nostalgia por la tierra.
El trámite para la cédula no tardó más de media hora, y en ese sentido se nota la organización, con lo cual no pierdo la esperanza de que mejoren el sistema de otogar citas por internet, y con ello conseguir finalmente la mía. Pregunté si necesitaba cita para usar el baño, y me dejaron entrar, allí fui capturada por un volante que pedía a los ciudadanos colombianos ser jurados en las próximas elecciones. Las mujeres que me atendieron, tenían el mismo sello de amabilidad con el público que siempre le reconozco a mis compatriotas, me contó una de ellas, que tienen 3 semanas para reclutar 600 jurados y solo tienen hasta ahora 80, me inscribí antes de saber esto, básicamente porque pienso que es una buena manera de contribuir con mi país, no me gusta hablar de política, y no tengo posiciones políticas definidas, las mías oscilan con el péndulo de las circunstancias, pero me llama la atención que siempre escucho a la gente quejarse de como se manejan las cosas en éste sentido en Colombia, y no obstante a la hora de hacer una contribución y participar activamente en algún proceso por mínimo que sea, nos damos a la fuga, y lo hacemos además respaldados con argumentos fuertes, que el tiempo, que las distancias, que el carro, que la gasolina etc.
Así que llegué directo a escribir este artículo, esperando que con él muchos ciudadanos colombianos se animen a ser jurados en el sur de la Florida, en la página web del consulado de Colombia lo pueden hacer, solo necesitan tener el original de su cédula, haber nacido en Colombia, y no tener malos antecedentes judiciales, el estatus migratoriao no es un impedimento para hacerlo, ya que nadie les preguntará acerca de su estatus. Implica asistir a un entrenamiento en el consulado el día 8 de marzo y estar presentes en las mesas hasta el escrutinio de las mismas, los días fijados para las elecciones.
Como pueden ver mi paseo por el consulado fue exitoso, además de que me impregné de nuestra cultura, conseguí esta valiosa información para compartir con todos aquellos que como yo están dispuestos a contribuir en algo con nuestro país aunque vivamos en el exterior.
Para inscribirte como jurado visita: http://consuladodecolombia.com/jurado.html
Antes de que nos abrieran la puerta del consulado interactué con varios colombianos, para encontrarme con que está muy generalizado el descontento con el sistema de las citas y lo dispendioso que resulta obtenerlas, una mujer me contó que desde agosto estaba buscando la cita, y solo hasta este mes la pudo conseguir. También escuché las disertaciones de una mujer hablando con ese tono de quien tiene la última verdad impostergable acerca del valor que tienen las personas por su educación académica, por su poder adquisitivo, y por la “clase” que solo puede tener la clase socio económica alta, le brillaban los ojos mencionando a sus amigos con nombres propios, titulos universitarios, posgrados y puestos influyentes en prestantes instituciones colombianas, y sus ojos se apagaron narrando la triste historia de un amigo suyo que es médico y ahora le toca la labor humillante de recoger basuras. Por poco me lleva consigo al precipicio de la victimización, y por un momento casi sentí el dolor del exiliado colombiano en un país en el que paga un arduo precio por un poco de tranquilidad y por una tregua con el secuestro, las vacunas y la escopolamina.
No me dejaron entrar porque no tenía cita, así que esperé a mi esposo con reloj en mano (para ver cuanto tardan en el proceso ahora que es con citas) en el sitio donde toman las fotografías, y que es atendido por Colombianos, con ésa excelente atención al cliente en lo que pienso que nadie nos iguala en el mundo.
Si hay algo que nos distingue es que el colombiano espera a sus clientes en la puerta de su negocio y lo seduce a uno con una facilidad asombrosa para que lo elija a él y no a otro en la diversidad de negocios de Coral Gables. Como el hombre de la cafetería que con solo hablar del menú, me hizo saborear con anticipación sus empanadas, una vez uno entra tampoco se arrepiente porque gozan de una atención maravillosa, mezclada con ese olor a comida colombiana que despierta toda la nostalgia por la tierra.
El trámite para la cédula no tardó más de media hora, y en ese sentido se nota la organización, con lo cual no pierdo la esperanza de que mejoren el sistema de otogar citas por internet, y con ello conseguir finalmente la mía. Pregunté si necesitaba cita para usar el baño, y me dejaron entrar, allí fui capturada por un volante que pedía a los ciudadanos colombianos ser jurados en las próximas elecciones. Las mujeres que me atendieron, tenían el mismo sello de amabilidad con el público que siempre le reconozco a mis compatriotas, me contó una de ellas, que tienen 3 semanas para reclutar 600 jurados y solo tienen hasta ahora 80, me inscribí antes de saber esto, básicamente porque pienso que es una buena manera de contribuir con mi país, no me gusta hablar de política, y no tengo posiciones políticas definidas, las mías oscilan con el péndulo de las circunstancias, pero me llama la atención que siempre escucho a la gente quejarse de como se manejan las cosas en éste sentido en Colombia, y no obstante a la hora de hacer una contribución y participar activamente en algún proceso por mínimo que sea, nos damos a la fuga, y lo hacemos además respaldados con argumentos fuertes, que el tiempo, que las distancias, que el carro, que la gasolina etc.
Así que llegué directo a escribir este artículo, esperando que con él muchos ciudadanos colombianos se animen a ser jurados en el sur de la Florida, en la página web del consulado de Colombia lo pueden hacer, solo necesitan tener el original de su cédula, haber nacido en Colombia, y no tener malos antecedentes judiciales, el estatus migratoriao no es un impedimento para hacerlo, ya que nadie les preguntará acerca de su estatus. Implica asistir a un entrenamiento en el consulado el día 8 de marzo y estar presentes en las mesas hasta el escrutinio de las mismas, los días fijados para las elecciones.
Como pueden ver mi paseo por el consulado fue exitoso, además de que me impregné de nuestra cultura, conseguí esta valiosa información para compartir con todos aquellos que como yo están dispuestos a contribuir en algo con nuestro país aunque vivamos en el exterior.
Para inscribirte como jurado visita: http://consuladodecolombia.com/jurado.html
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