CUANDO LA REALIDAD ES LA PERDEDORA

Uno de mis cuentos favoritos de Anthony de Mello narra como Nashrudin uno de sus más destacados personajes de sus historias tras escuchar la “sabia” definición de muerte que tenía su esposa, se quedó impresionado ante la simplicidad de la misma “todo el mundo sabe que cuando un hombre se queda con sus extremidades superiores e inferiores rígidas ese hombre está muerto” concluyó su esposa. Días después cuando Nashrudin fue sorprendido por una helada en el bosque y sintió sus extremidades superiores e inferiores rígidas decidió comportarse como un muerto respetable, no fuera que pasara algún transeúnte y viera un muerto viviente. No obstante tenía sus dudas, respecto a porqué seguía pensando y conectado visual y auditivamente con su entorno físico, pero cuando recordaba la definición de muerte de su esposa, sabía que estaba muerto y debía comportarse como un buen muerto. Así cuando fue rescatado por unos viajeros mientras el representaba su mejor papel de muerto, éstos no se ponían de acuerdo sobre cual era el camino que los conduciría a la aldea, mientras los viajeros discutían Nashrudin era presa de una impaciencia espantosa, decidió hacer una excepción y hacer lo que los muertos no pueden hacer, es decir hablar, así que abrió los ojos, se sentó y dijo “disculpen caballeros ya sé que los muertos no podemos hablar, pero haré una excepción sólo por ésta vez, el camino que conduce a la aldea es el de la derecha” y acto seguido Nashrudin se comportó como un muerto respetable.

Y concluye Anthony de Mello con la siguiente frase: “ siempre que una creencia rígidamente arraigada compite con la realidad, la que sale perdiendo es la realidad”.

Y empiezo con este cuento porque tiene que ver con dos experiencias que tuve esta semana.

La primera, fue llevando a mi hija con 34 semanas de embarazo a ver un médico, y la chica que la atiende le dice que si no tiene una prueba de que esta embarazada el ginecólogo no la atiende ¿? (no es una broma) Mi pobre hija con una barriga mas grande que ella, y ésta mujer le pide una prueba de embarazo, de nada sirvió la prueba física, las súplicas, el uso del sentido común, la fotografía, los sonogramas, simplemente la creencia rígida y la letra en el documento hizo perder a la realidad.

La segunda, fue la respuesta a una solicitud de ayuda para hacerle mamografías a mujeres que no pueden pagar por ellas: las mujeres deben ser mayores de 40 años, no deben tener seguro médico y deben llevar una orden médica para la mamografía ¿? Si se supone que no deben tener seguro médico ¿cómo se supone que obtienen la orden, si tenemos en cuenta que una consulta de medicina general cuesta US $250? Nuevamente la creencia rígida y el documento le ganan a la realidad.

Lo más curioso es que la televisión, la Internet, la radio y todos los medios nos mantienen bombardeados con sus campañas de prevención contra el cáncer de mama, pero la acción que se esta tomando para que estas campañas funcionen brilla por su ausencia, al menos para las mujeres de bajos recursos.

Pero este artículo tiene por objeto además de contarles la historia de Nashrudin, difundir la noticia acerca de la dificultad para acceder a las mamografías, y pedir ayuda a quien sepa la manera de acceder a las ayudas de las instituciones (que, sé que las hay) que manejan este tipo de recursos con más sentido común y que no están empeñadas en entorpecer y obstaculizar las campañas para prevenir el cáncer de mama.

Estoy aceptando médicos en ejercicio que quieran donar sus recetas para mamografías y nombres de instituciones que toman mamografías a mujeres que de verdad no pueden pagar ni un solo dólar por ello.