DEL DAR Y EL RECIBIR
Confieso que hace cuestión de dos meses cambié mis hábitos de lectura, antes leía un promedio de tres libros por mes, ahora se ha reducido a uno, eso es a causa de los blogs, me prometo dejar de leer tanto blog pero cuando creo que ya encontré mis favoritos y organizo mi tiempo para regresar a mis libros me encuentro uno nuevo y me detengo a leerlo, cuando termina el día me doy cuenta que el tiempo que solía usar en leer mis libros lo usé leyendo blogs.
Y es que mientras más blogs leo más fascinada quedo con la calidad de algunos, y con la creatividad de mucha gente joven, curiosamente dos de mis grandes favoritos son de chicas muy jóvenes, en sus veintes. Cuando las leo pienso en las tantas (una triste mayoría) veinteañeras que uno ve por ahí desorientadas y sin saber que hacer con su desorientación, y no es que diga que estas son chicas centradas, pero canalizan sus temores produciendo ideas dignas de publicación.
Como soy de las que piensa que el ejemplo es más productivo que la cátedra pues visito muchos blogs y dejo comentarios, sobre todo porque disfruto intensamente hacerlo y de paso ejercito mi capacidad de dar.
Y es que esta costumbre siempre me deja reflexiva respecto a nuestra capacidad de dar y recibir, y como en nuestra sociedad parece que estamos más educados para recibir que para dar, de hecho todo el mundo en la web quiere ser visitado, pero muy pocos visitan, todos quieren ser comentados pero es una minoría la que comenta, todos quieren recibir respuestas de sus cartas, pero muy pocos los que lo hacen.
He adoptado el hábito de revisar el perfil de quienes me siguen en Twitter, de quienes me agregan en facebook y de visitar sus blogs (de ahí que visito tantos) les dejo comentarios y algunas veces les envío un mensaje privado haciendo algún comentario que siempre es positivo sobre sus blogs, y la gente responde tan feliz a este simple acto, que siempre termino preguntándome ¿Sí a todos nos gusta que nos halaguen, que nos den reconocimiento y que nos lean porqué nos cuesta tanto dar de lo mismo? ¿Porqué entrar en juegos y tretas calculadoras como ignorar a la gente incluso cuando se dirigen a ti sólo por darse aires de importancia?
Y es que está la idea generalizada de que la gente importante es selectiva, ¿De cual selectividad hablamos? ¿De pactar más con la separatividad? ¿De determinar bajo nuestro oscuro lente quien merece o no nuestra atención?.
Nuestra capacidad de dar esta emparentada con la percepción que tenemos de nuestra propia abundancia, lo que no damos es aquello que no tenemos, si nos cuesta dar atención a otros es porque no disfrutamos de suficiente atención, tendemos a ser avaros con nuestras carencias, inconcientemente como una forma de ahorrar recursos en el mejor de los casos, en el peor a manera de castigar a los demás por lo que no tenemos.
Comprender esta dinámica en la gente que tiene dificultades para dar, es liberador tanto para uno mismo como para los demás, tanto se libera uno de las expectativas, como libera al otro por no poder dar aquello que no posee.
Y en toda esta danza del dar y el recibir, la parte mas difícil consiste en no sólo incorporar esta comprensión a nuestro aprendizaje, sino llevarlo a la práctica, y seguir dando sobre todo a aquellos que tienen serias dificultades para dar, porque estas dificultades son las limitaciones de un alma que también quiere crecer.
Todos los seres humanos merecemos la oportunidad de ser vistos en nuestra más profunda dimensión y no a través de falsos conceptos, o por medio de las oscuras imágenes que a veces emitimos a través de nuestras conductas, al fin y al cabo no somos nuestras conductas, simplemente SOMOS.
Comentarios
Suerte, te seguiré. saludos
La mayoría de las veces el "canal" del dar no coincide con el "canal" del recibir, y al final nos cansamos de tanto dar
sin caer en cuenta de que el otr@ no ha recibido nada, pues tiene abierto un canal diferente, esperando a recibir de otra manera.
Pero bueno, lo importante es que los receptores aprendamos a dar y las dadoras aprendan por fin a recibir (por lo menos las gracias). Solo de esa manera podremos vivir en armonía."
Felipe A Lora