DE RICAS BELLAS Y FAMOSAS A POBRES FEAS Y CHISTOSAS

En visita a mi casa una ejecutiva de una importante firma Europea, me comentaba de la importancia que reviste para la gente de cierta elite, elevar su nivel de vida y su nivel de consumo, de la misma manera que se ha elevado su economía, mientras yo veía dibujada en mi mente a las pobres personas que no tienen techo, ni comida, ni ropa. Sus argumentos inteligentes, fluidos y elegantes estaban sobre todo apoyados por una convicción que era contagiosa y que no daba lugar a discrepancia alguna, por lo tanto no pude cuestionar en aquel momento, lo que mis oídos escuchaban (que no es literalmente lo que ella dijo) era que una persona de "cierta categoría" no podría llevar menos que un traje de miles de euros, porque debe reflejar el estatus y el poder adquisitivo del que es dueño, su imagen estaba en juego y no podría ir por ahí luciendo un traje de cinco dólares comprado en Ross, ni tampoco visitar la peluquería de Paquita la de la esquina por muy bien que corte el pelo, porque eso no estaría a su altura. Y se seguían dibujando en mi mente los trajes baratos con los que luzco orgullosa pero sin categoría en mis fotos de facebook, confieso que sentí vergüenza y tuve el ligero impulso de salir a descolgar de mi facebook todas aquellas fotos que dejaban en evidencia mi absoluta pobreza. Y es que la pobreza por más generalizada que esté y por más puertas que toque no consigue tener popularidad y no deja de seguir siendo una vergüenza para un número significativo de la población.





Pero me quedé pensando en el tema, sobre todo porque tenía la sensación que había algo que no terminaba de cuadrarme en toda ésa teoría, aunque acepte que la realidad es ésa y que no la cambiaré yo escribiendo mis opiniones seudo comunistas en mi blog. Me quedé pensando en eso de las categorías (que propenden a la separatividad, que no es lo que está en mi búsqueda personal) de las élites, de las clases sociales y recordé cuando tenía una amiga por allá en Cali, de esas que todos llaman "narcozanganas" porque tienen amores con uno de "estos señores". Un día la acompañé a sus compras, quería comprar un vestido en una tienda muy costosa, y el precio del vestido tenía muchos ceros a la derecha (como este blog) cuando ya se había probado el vestido y tenía su efectivo (ellas sólo usan efectivo) listo para pagar, apareció la dueña de la tienda y le dijo que si elegía otro vestido, el que quisiera de la tienda, por costoso que fuera, le daría un descuento del 40% porque ese vestido en especial no se lo podía llevar porque ya estaba vendido. Para nuestra sorpresa habían dos vestidos más disponibles, ante lo cual la mujer de la tienda le explicó que el vestido en cuestión había sido adquirido por la esposa de un hombre del sector político muy importante y ella había pagado sobrecosto para que no se lo vendieran a cierto "prototipo" de mujer. Mis respetos para la dueña de la afamada tienda donde yo compraría sólo para acceder a la diplomacia y elegancia con que dice la palabra "prototipo". Si mi amiga hubiera querido ese vestido lo habría tenido, sólo que el precio habría sido otro, porque todo el mundo sabe que quien se mete con la mujer de un ejecutivo de alto riesgo, pues corre el riesgo. Mi amiga aceptó el trato y se llevó el vestido más costoso de la tienda con el 40% de descuento. Entre otras cosas la dueña de la tienda en agradecimiento por no hacer de este incidente algo mayor, le llamaba cuando los mejores diseños estaban listos para que ella, y no la mujer del político los accediera. Me gustaba verlas a las dos en algunas reuniones mirándose como enemigas en un campo de batalla donde sus hombres deponían las armas porque el poder económico permite toda suerte de alianzas.

Entonces me pregunto si la categoría que le da un producto a una persona por tener el poder adquisitivo para tenerlo le es exclusiva a una élite en especial o a una mezcla de élites que lucen excluyentes entre sí por no encajar en los esquemas de clase, elegancia y distinción. Me pregunto si las grandes firmas también reciben sobrecosto para que los nuevos ricos y cierto "prototipo" de ricas bellas y famosas, no hagan lucir sus trajes como si fueran pobres feas y chistosas.



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me da mucha pena Lulú pero ese vestido no es de ningun Ross. Confiesalo abiertamente.
Esta muy chevere este articulo, que "realidad" tan "absurda" cuando en mi opinion no es el precio, la marca o la moda del vestido el que le da o no categoria a quien lo lleva, es el saber llevarlo o dicho en otras palabras es usarlo adecuadamente de acuerdo a cada ocasion. Pero en fin, opiniones son opiniones.
Clemencia Huertas
Anónimo ha dicho que…
Sigo al tanto de tus reflexiones. Es increíble como podemos tan fácilmente olvidar lo que somos y quedarnos en aquello que tenemos. A veces sirve el ejercicio de pensar que de esta tierra no nos podemos llevar nada cuando sea la hora de partir, entonces por qué el afán en tener, acumular, gastar, lucir, comparar... Natalia
Anónimo ha dicho que…
Que buen artículo. Me reí imaginándome la cara de la ejecutiva de una importante firma Europea al darse cuenta que mi propósito hace más de un año es no comprar ropa sino heredarla, rescatarla, intercambiarla o adaptarla. Es muy triste ver como en Londres -como en la mayoría de los países desarrollados- la gente se beneficia de precios bajos gracias a la explotación de seres humanos que trabajan en condiciones infrahumanas en países del tercer mundo. Pero el problema es que la demanda por estas prendas existe y por eso los almacenes tienen que surtir. Este mundo necesita de más gente cuestionando el sistema capitalista que se aprovecha de muchos a favor de pocos. Si una camiseta vale £1 preguntémonos: cuánto le corresponde al almacén, cuánto al distribuidor, cuánto al transporte, cuánto al productor, cuánto al niño o a la mujer cosiendo en la oscuridad en condiciones laborales lamentables, cuánto al hombre que se está intoxicando con pesticidas en las plantaciones de algodón, cuánto a la familia que fue desterrada para dar paso un "producto que traerá progreso a la región"... y así sucesivamente. Parte de la solución es comprar de manera ética y sostenible hasta darnos cuenta que la única forma de detener esta avalancha de consumo es comprando menos y necesitando menos. Necesitando menos caeremos en cuenta que no hay razón para trabajar tanto porque nuestra vida ha adquirido un nuevo significado haciendo lo que nos gusta: compartiendo más con nuestra familia, visitando más museus, dibujando más, componiendo más, tejiendo más -incluyendo relaciones, cantando más, bailando más. Seríamos piezas irremplazables dentro del rompecabezas comunitario y no un número más en una nómina. Gozaríamos de mejor salud en todos los sentidos al sentirno útiles, contentos y satisfechos. Ganaríamos valor ante nosotros mismos porque exploraríamos aspectos desconocidos. Dejaríamos de refugiarnos en el alcohol y las drogas como una forma de escapar a una realidad insoportable. Seríamos humanos, dignos seres humanos. Como dice la campaña de Oxfam: "be human-kind". Y para despedirme quisiera recomendarles el libro "Enough" - "Breaking free from the world of more" de John Naish. En español es "Basta".
Adelante, Claudia
Anónimo ha dicho que…
que intersantes tus apreciaciones Luz !!! ademas de ciertas y muy sabias.
Aquellas pesrsonas como la dama de las que nos comentas al inicar tu articulo, son dignas de lastima......ellas no saben lo pobres que son....ellas no saben lo que es realmente la riqueza. A diario compartimos coen este tipo de individuos , que van por la vida con el afan de mostrar lo que no son ......y al final, que es lo unico que queda ? lo que cada uno lleva dentro de si y el amor que brindamos a los demas.
A proposito !!! he visto varias de tus fotos en facebook y luces FANTASTICA con tus bellos vestidos de Ross !!!!
Martha B Sampedro

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